Rituales gitanos los de salud y el amor
De los cuales cada quien es responsable pues nunca los he hecho.
RITUAL PARA EL DOLOR DE CABEZA
Dolor de Cabeza
Este hechizo brinda efecto inmediato.
Recuerde visualizar la nube negra que parte de su cabeza, avanzando por el cuerpo, hasta salir por los pies.
Este hechizo es idóneo para quienes sufren de migraña.
Este hechizo es sumamente efectivo por lo que si los síntomas persisten, le recomendamos que consulte a su médico.
Póngase de pie, relaje su cuerpo, respire profundamente, y repita:
“ Oh duk ándro m´ro shero
the o dád miseçe scro,
adá d ikel ákána
man tu máy dostá, márd yás,
miro shero tu márdyás
Tu ná ač tu ándre me
já tu, já tu, já kere.
Káy tu mi seç čučid es,
odoy, odoy s ikove s !
Ko jál pro m´ro ush alyin,
Adáleske e duk hin!”
Molestias Oculares
Coloque sus manos sobre sus ojos, una sobre cada uno. Visualice dos nubes negras que entran de sus manos, y pasando por sus ojo, se dirigen a sus pies, y de ahí salen del cuerpo, y entran al suelo en que se posan los pies. Repita:
“ Oh dukn ándrál yákhá já
and ré páñi
já and rál pani
andré safr áne
andré pçuv
já and rál pçuv
k iya pçuvuscheske
Odoy hin ce rcá
odoy ja te ça”
Amarre Gitano
Este hechizo se mostrará muy efectivo si se lleva a cabo adecuadamente.
Deberá llevarse a cabo en luna menguante.
Necesitará
1.vela blanca (cualquier tamaño o forma)
1. vela roja (pasión) o rosa (amor)
1. pedazo de cuerda, hilo o mecate del mismo color de la vela (roja o rosa) de por lo menos 6 pulgadas de largo (15 cm)
Sal
Un cuchillo o aguja Cerillos o encendedor
Forme un círculo de aproximadamente 8 pulgadas de diámetro (40 cm) con la sal, y coloque todos los elementos dentro del círculo.
Una de las velas blancas lo representará a usted, y la otra a su prospecto.
Grabe las velas con los nombres de cada una de las personas a quien representan, con ayuda del cuchillo o aguja.
La otra vela simbolizará su objetivo, roja para pasión, rosa para amor, según sea su propósito.
A continuación, deberá consagrar las velas.
Sostenga entre sus manos, una vela a la vez, mientras visualiza su deseo haciéndose realidad, mientras repite:
“ Ahora estás bendita, limpia y libre,
tu manifestarás mi de seo, trayéndolo a mi”
Encienda la vela de color.
Tome la vela blanca, una en cada mano, y enciéndalas con la flama de la vela de color.
Mientras repite con voz de mando:
“ Kay o kám, avr iável
Kiya mánge l ele beshel
Kay o kám, tel´ável
Kiya l elákri me b eshav”
Una las velas.
Tome el hilo o cuerda, y amárrelas entre si mientras dice:
“Conforme amarro este nudo,
también amarro a __
(diga su nombre, y el de la otra persona),
en un gran amor,
QUE ASÍ SEA”
Hecho esto, apague las velas sin soplarles.
Guarde las velas amarradas en un lugar seguro, fuera de la vista de extraños, lo que le servirá a modo de talismán, y hará más potente su hechizo.
El ritual está completo.
Puede retomar sus actividades normales.
La gitana copia las oraciones, conjuros, etc., que llevan a cabo las demás mujeres metidas en estas cuestiones, y lo único digno de constatar en su actuación.
Es el empobrecimiento que se observa en relación con el repertorio manejado por sus «cofrades» payas.
Si en este breve trabajo hubiera sido posible analizar la hechicería culta con relación a la popular ~,hubiéramos podido constatar que muchos de los elementos utilizados por las mujeres que se dedicaban a las artes mágicas procedían de este estamento superior, de los laboratorios de los nigromantes, o de mujeres tan sólo tienen una vaga noción.
Se ha producido, por tanto, una suerte de «descenso» en la escala de los conocimientos, que las mujeres que practican la hechicería —puesto que la magia culta queda reservada, en general, a los hombres— compensan con la adición, en muchos casos, de elementos fuertemente poéticos, desde mi punto de vista, como es el caso del contenido pasional de muchas oraciones y conjuros.
Basta a este respecto con recordar el llamado «conjuro
para desenojar», la gracia ingenua de la oración a Santa Elena y otras.
La gitana posee el arte de aproximarse a su cliente, una capacidad persuasiva que supera los conocimientos de sus rivales no-gitanas, y una imaginación para conservar el interés de la persona que pretende lograr los efectos mágicos, que compensan la pobreza de su repertorio Hechiceril y lo somero de sus prácticas rituales, según veremos.
Un ejemplo típico de cuanto acabamos de decir lo supone el comportamiento de María Hernández, también conocida como María Salazar —en el caso de los gitanos nos encontramos siempre con diversos alias, y resulta difícil averiguar cuál de todos es el que constituye el verdadero nombre—, contra la que se siguió una causa en el tribunal de Toledo en 1635
Para comprender los métodos de las gitanas hechiceras echaremos ahora un ligero vistazo a este proceso, que puede servirnos para ilustrar las características de la relación entre las gitanas y el mundo payo, y de los trucos que utilizaban para sacar partido de la extendidísima creencia en sus virtudes mágicas.
Pidiendo limosna, y la dicha doña Jacinta se la dio y la dijo la catase la buenaventura, y la dicha gitana la asió la mano izquierda y después de haberla mirado las rayas de la mano la dixo:
«Verdad es que con mi marido la he tenido una muy gran pesaduihbre”, y la gitana respondió:
«Si tu me lo pagas yo te daré un remedio para que tengas paz con tu marido»,
y yo la dije no entendiendo que era cosa de tanto momento y tan perniciosa —obsérvese como el secretado del tribunal opta a partir de ahora por la narración en primera persona, en la que se observa el temor de Doña Jacinta ante los funcionarios del Santo Oficio y su deseo de salir exculpada— que me diese el remedio y se lo pagaría.
Y dijo la gitana: «acuerdate y verás quien te mete mal con tu marido», y tomó una cuartilla de papel y la hizo muchas dobleces y me la metió en la mano echando muchas bendiciones, y me dijo la llevase a mi cama y la metiese en ella y la tomase a traer, y me hizo que rezase unas aves marías o unos credos, que no me acuerdo lo que fue de to, y yo de todo esto no creía nada, más antes temía no me hiciese algún mal.
Por ver en lo que paraba la deje proseguir en sus embelecos con ánimo de dar cuenta en el tribunal del Santo Oficio de Toledo, lo cual hubiera hecho antes de ahora si hubiera comisario en esta dicha villa de Maqueda, más como no le había hablé a un religioso y debajo de confesión le dice me llamase al dicho comisario, ante quien hago la dicha denunciación, y prosiguiendo en ella la dicha gitana tomó el papel arriba declarado y le echó más bendiciones llamando a Santa Marta, y dijo de una semiente no se qué cosas, y llamó al Diablo Cojuelo y me hizo descalzar un pie y hincar de rodillas y tomó el papel y le metió en una bacía de agua y le tuvo allí un poco de tiempo, y le sacó del agua y me lo enseñó, el cual papel tenía cuatro figuras y me dijo: «Veas aquí quien te mete mal con tu marido».
Y después de esto me vino a visitar mi madre y me dijo: «¿qué hace aquí esta gitana?», y le dije que había hecho ciertos embelecos, y dijo la gitana que quería echar una suerte a mi hermana para ver si se había de casar, sacó un palillo muy pequeño, y pidió un poco de cera de la cual hizo una sortija pequeña, en la cual hincó dicho palo y lo puso en la parte de arriba otro poquito de cera, y se lo puso la dicha gitana en su misma palma y le hecho una saliva y el palo se andaba a la redonda.
Y después de esto echó dicha suerte poniendo un poco de sal en la punta de un cuchillo, y dijo ciertas palabras.
Y dijo la dicha gitana que había de ver arder la sal, y esta denunciante dijo que ella no veía arder la sal, después de todo esto la dicha gitana me pidió una cédula firmada de mi nombre y yo no sé la quise dar, y me pidió que por amor de Dios no dijese nada porque no se supiera, y por asegurarla le di palabra de callar.
Gracias por compartir Carolina.
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