Se necesita un velón verde, miel, ruda, sal gruesa, de la más
gruesa que podamos conseguir y un trozo de papel de plata del que se utiliza en
las cocinas.
Con un pincel de cerdas negras, no importa la calidad si no
el color, se unta todo el velón con la miel. En un papel de plata se espolvorea
la ruda muy troceada y la sal y se hace rodar el velón sobre esa mezcla para
que se adhieran esos materiales al velón.
Una vez preparado se prende colocándolo sobre el papel de
plata diciendo:
“Que se anule y desvanezca cualquier maleficio que se haya hecho o haga, por
hombres infames o mujeres perversas
contra nosotros o los nuestros. Que así sea”
El velón se deja consumir del todo, lo que quede se recoge
en el papel de plata y se entierra lejos de la vivienda que ocupamos.
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