EMMET FOX: EL EQUIVALENTE MENTAL
Parte III
¿ Qué debe hacerse?
La única forma de expulsar un equivalente mental equivocado
o negativo es suministrar lo contrario. Piensa positivamente, piensa lo
correcto. El pensamiento correcto o positivo automáticamente extirpa el
pensamiento erróneo. Si dices: "No voy a tener más resentimiento. No creo
en esto, ni voy a pensar más en ello", ¿en qué estás pensando sino en
resentimiento? No haces más que pensar en resentimiento todo el tiempo y
fortalecer el equivalente mental correspondiente. ¡Olvídalo! Piensa en salud,
en relajamiento físico, en paz y armonía, y pronuncia la Palabra. Así estarás
construyendo un equivalente mental de salud. Si deseas la plaza perfecta — si
tu problema es que no tienes trabajo o que te sientes en el trabajo incorrecto
o que no te gusta —, si dices: "No voy a pensar en desempleo", estás
mal. Esto ES pensar en "desempleo", ¿no es cierto? Piensa en la plaza
correcta.
Si te dices a ti mismo: "No pienso en la Estatua de la
Libertad, en New York", bien sabes lo que estás pensando. No estás
pensando en otra cosa sino en la Estatua de la Libertad. Allí está ella, con la
antorcha en la mano. Digo, yo no pienso en ella, pero tú sí.
Les contaré ahora que hace algún tiempo visité — cerca de
Springfield, Illinois — una perfecta reproducción del villorrio de New Salem en
los días de Abraham Limcoln. Hasta la cabaña era exacta...
Te olvidaste de la Estatua de la Libertad, ¿no es cierto?
Estabas pensando en New Salem. Te di una idea distinta. Esta es la clave en el
manejo de tu mente, de tu pensamiento; y, por consiguiente, la clave para
manejar tu destino.
Sobre vigas y clavos
No te apropies de cosas negativas. Sustitúyelas, suplántalas
con cosas positivas y constructivas. La ley mental es que puedes deshacerte de
un pensamiento sustituyéndolo por otro. Si un carpintero pone un clavo en una
viga, allí queda el clavo; pero si pone un segundo clavo encima del primero, un
clavo saca al otro clavo. Esto es exactamente lo que ocurre en la mente cuando
sustituyes una imagen por otra, porque por cada cosa en la vida tiene que haber
un equivalente mental.
Si empiezas hoy mismo a rehusarte a pensar en tus errores —
y, por supuesto, esto también incluye los errores de los demás — , si dejas de
pensar en errores y mantienes, en cambio, tus conceptos reales; si dejas de
pensar en el miedo y piensas en Amor Divino, si cesas de pensar en escasez y en
su lugar piensas en la prosperidad y en la presencia de la abundancia de Dios;
y si entonces piensas con la debida claridad y !e pones interés, estarás
edificando un equivalente mental de felicidad y prosperidad.
Términos de construcción
Si tu pensamiento es muy vago no construyes un equivalente
mental. Si tu pensamiento carece de interés, no edificas un equivalente mental.
Así, procura que tu pensamiento sea tan claro como te sea posible. Nunca
luches. Tan pronto asumes la actitud de "Voy a lograr lo que
quiero"..."lo voy a conseguir aunque me cueste la vida", toda
construcción mental se estanca.
A todos se nos ha dicho que nos relajemos. Hemos visto gente
que basta con que se le diga que se relaje para que se ponga aún más tensa.
Ellos querían relajarse aunque esto les costara la vida si era necesario, y,
por supuesto, perdieron de vista su verdadero propósito.
Piensa lo que deseas tan claro como te sea posible; se
definido pero no seas muy específico. Si vives en un apartamento y dices:
"Quiero una casa en el campo o en las afueras, la quiero con un balcón,
con un patio grande lleno de árboles y flores", nada de malo hay en ello.
Pero nunca digas: "Tengo que tener la casa en el 257 de la 9ª
Avenida."
Imagínate que vas de compras. Por supuesto que deberás saber
lo que deseas comprar, tan siquiera deberás tener una idea de lo que quieres.
Si dices: "Quiero algo pero no sé qué es, le dejo a Dios que me
inspire"...si dices: "Quiero un negocio, puede ser una finca o una
tienda, se lo dejo a la Mente Divina", eres un tonto. ¿Para qué estás
aquí? Debes tener algún deseo y anhelo, porque tú representas a Dios. Por
consiguiente, debes decir: "Quiero una tienda y sé la clase de tienda que
deseo".
Conozco a una mujer que trajo a la manifestación una tienda
de sombreros. No tenía capital pero quería un negocio. Quería una tienda de
sombreros. Le encantaba hacer sombreros. Tenía un talento natural para esta
clase de trabajo. Podía hacer un sombrero para cada tipo de mujer, y ése era el
arte que necesitaba para la tienda de sombreros. No era una gran mujer de
negocios, por lo que construyó el equivalente mental de una tienda de
sombreros. Ella no dijo: "Tiene que ser en determinada cuadra de cierta
calle". No dijo: "Voy a tener esta tienda aunque me cueste la
vida", ni "Quiero una tienda y voy a tener la de Juanita." No,
señor. Ella construyó un equivalente mental específico, y ésta es la forma
correcta de hacerlo. Si dices: "Quiero un cuerpo saludable y fuerte",
y haces el equivalente mental pensando constantemente en tu cuerpo como un
cuerpo perfecto, eso está bien. No pienses en muchos detalles. No digas:
"Primero voy a enderezarme los dientes pensando correctamente, y dejo la
calvicie para después, o quizás sea mejor arréglame el asunto de la calvicie
primero, y los dientes que esperen." Lo equivocado aquí es la cuestión de
los detalles. Lo malo de elaborar está en entrar en detalles insignificantes,
diciendo: "Lo quiero cuando yo diga, a mi manera, quiéralo Dios o
no."En vez de entrar en muchos detalles, debes tener una idea definida.
Proceso de enfoque
No luches por aclarar tus ideas. Estarán más claras mañana,
pasado mañana o dentro de quince días. Si estás mirando por unos binoculares y
quieres mejorar el enfoque, todo lo que haces es ajustarlos hasta enfocar
claramente, ¿no es cierto? Para obtener el equivalente mental, tal vez
necesites una semana o un mes, tal vez un año. Llénalo de interés como si fuera
una carga eléctrica, ya que si no, se muere. La única forma de hacerlo es con
amor. No "te puede interesar algo si no lo quieres. Si lo amas, está lleno
de interés, de energía y de vicia, por lo que se vuelve real.
Se cuenta una interesante anécdota de Napoleón. El pensaba
que una nariz grande era señal de un carácter fuerte. Decía: "Denme un
hombre de nariz grande". Si alguien venía donde él y le decía que tal o
cual oficial merecía un ascenso, de inmediato preguntaba: "¿Tiene grande
la nariz?" Sí le mataban un oficial, lo reemplazaba con uno de nariz
grande. Y, ¿saben lo que pasó? La Ley le envió a Wellington, quien le destruyó
a él Wellington tenía la nariz más grande en toda la historia de Inglaterra. El
mismo decía que tenía un gancho por nariz. Tómenlo como un chiste si desean,
pero conlleva una lección importante.
Esencia docente
La doctrina del equivalente mental es la esencia de la
enseñanza metafísica, la doctrina que enseña que obtendrás todo de lo cual
proveas un equivalente menta!.
He conocido muchos casos sobresalientes en que la gente
suministró el equivalente mental y del cielo surgieron cosas que nunca hubiera
conseguido ordinariamente. Conozco a hombres y mujeres en Londres, New York y
otros lugares que humanamente no parecía posible que pudieran tener éxito
jamás, pero se apropiaron de este conocimiento del equivalente mental, lo
sostuvieron, y tranquilamente aplicaron este conocimiento; y, tarde o temprano,
sin ayuda externa, vino a sus vidas lo que anhelaban y lo conservaron, y fue
una bendición para ellos.
Edificando un nuevo equivalente mental
Tu trabajo consiste en demostrar, y para realizarlo con
éxito necesitas saber por qué debes hacerlo. ¿Por qué has de traerlo a la
manifestación? Algunos dicen: "SÍ Dios es todo, y todo es perfecto, ¿por
qué debo buscar su Ley y demostrarla?" Pues porque debes probar la armonía
del Ser en tu propia vida, ésta es la razón. Si no hubiera necesidad de
manifestación, podrías irte a dormir y quedarte allí, o, tal vez más sencillo,
ir donde el primer enterrador que encontraras.
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