Brujería es una palabra que asusta a mucha gente y confunde a mucha otra. En la imaginación popular, las Brujas son unas viejas arrugadas y feas que viajan en largas escobas, o Satanistas malvadas que realizan ritos obscenos. Se cree que las Brujas modernas pertenecen a un culto extraño que se ocupa principalmente de lanzar maldiciones a sus enemigos pinchando imágenes de cera con alfileres, y carentes de la profundidad, la dignidad y la seriedad de propósito de una verdadera religión.
Pero la brujería es una religión, quizá la religión más antigua existente en Occidente. Sus orígenes son anteriores al cristianismo, al judaísmo y al Islam (incluso al budismo y al hinduismo) y es muy distinta de las llamadas grandes religiones. La Religión Antigua, como nosotros la llamamos, están más cerca en espíritu a las tradiciones de los indios nativos norteamericanos o al chamanismo del Ártico.
No está basada en un dogma o en una serie de creencias, ni en escrituras o en un libro sagrado revelado por un gran hombre. La brujería toma sus enseñanzas de la naturaleza y busca su inspiración en los movimientos del sol, la luna y las estrellas, en el vuelo de los pájaros, el lento crecimiento de los árboles y en los ciclos de las estaciones.
TOMADO DEL LIBRO LA DANZA EN ESPIRAL.
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