sábado, 29 de mayo de 2021

EL SENDERO DEL MAGO INTERIOR

 


Hay un mago dentro de cada uno de nosotros un mago que lo ve y lo sabe todo. El mago está más allá de los contrarios de luz y oscuridad, bien y mal, placer y dolor. Todo lo que el mago ve tiene sus raíces en el mundo invisible. El cuerpo y la mente podrán dormir, pero el mago vela permanentemente. El mago posee el secreto de la inmortalidad.

 

Se necesita toda una vida para aprender lo que el mago tiene para enseñar, pero todo lo que ha de desenvolverse a través de años y decenios está a nuestro alcance en la primera lección de Merlín.

 

Todo ser vivo es el universo entero, sólo que cada vez lleva un disfraz diferente.

 

Llegará el día en que te darás cuenta de que todo el universo vive dentro de ti, y entonces serás un mago.

 

Puedo resolver toda ignorancia y dolor sólo si tú comprendes una sola cosa. Yo estoy dentro de ti. Esta otra persona con quien crees estar hablando no es distinta. Somos una sola persona y en ese nivel en el cual estamos unidas, ninguno de tus problemas existe.

 

El juego de los contrarios – placer y dolor, riqueza y pobreza, bien y mal – parece real sólo hasta el momento en que se aprende a ver dentro del marco más amplio del mago.

 

Dedica tiempo a reflexionar no sobre lo que ves, sino sobre por qué lo ves, le aconsejó Merlín a Arturo.

 

La primera lección se reduce a lo siguiente: Es preciso mirar más allá del yo limitado para ver el yo ilimitado. Perforar la máscara de la mortalidad para encontrar al mago. El vive dentro de nosotros y solamente ahí.

 

Si nos sentamos en silencio y escuchamos durante algunos minutos, las palabras comenzarán a penetrar. Hay que dejar que eso suceda y después permitir que la sabiduría haga lo suyo. No hay que esperar ni prever ningún resultado, sino estar atentos a lo que pueda suceder. Cualquier cosa que suceda será buena.

 

La primera lección es sobre encontrar al mago y apreciar su punto de vista.

 

Merlín sencillamente es. Ve el mundo y le permite ser como es. Sin embargo, no es un acto pasivo. La base de todo lo que existe en el mundo del mago descansa sobre el conocimiento de que Todo esto soy yo mismo. Por lo tanto, al aceptar el mundo como es, el mago lo ve todo bajo la luz de la auto-aceptación, que es la luz del amor.

 

Aunque a todos nos han enseñado que el esfuerzo es bueno, que nada puede lograrse sin trabajo, eso no es cierto. La existencia no se logra con esfuerzo; el amor no se logra con esfuerzo.

 

Sin silencio el mago no tiene espacio. Los magos aceptan, incluso acogen, todo lo que les sucede. ¿Cómo logran tener esa paz? les preguntaban los mortales. Y la respuesta de los magos era: Busquen dentro de ustedes mismos, donde sólo hay paz.

 

El primer paso hacia el mundo del Merlín es reconocer que existe, con eso basta.

 

Merlín no discute con la mente. Todos los debates son producto del pensamiento, y el mago no piensa. El mago observa. Y ahí está la clave de lo milagroso, porque todo lo que vemos en nuestro mundo interior podemos hacerlo realidad en el mundo exterior. El mago está dentro de nosotros y solamente ansía una cosa: nacer.

 

La paz, el silencio, proviene de la observación sin juicio.

 

Análisis realizado por Alberto Merlano A.

 

Autor Deepak Chopra

 

¿Qué es un mago? No es sencillamente alguien que puede hacer magia, sino alguien capaz de transformar.

 

Gurú y mago es lo mismo. Gurú designa a los poseedores de la sabiduría espiritual.

 

La palabra alquimia es en realidad una clave. Significa convertir a los seres humanos en oro, convertir nuestras cualidades inferiores en lo más precioso: el amor y la realización. Por tanto, un maestro que nos pueda enseñar a convertirnos en seres libres llenos de amor es, por definición, un alquimista.

 

Cuando ingresé a la escuela secundaria ya sabía mucho acerca de Merlín, el famoso mago de la leyenda inglesa del rey Arturo. Como a todo el mundo, también a mí me hechizó desde el primer momento. No tardé mucho en descubrir todo su mundo. No me parecía raro que la cueva de cristal de Merlín existiera en realidad, a pesar de que todos los autores que leía me aseguraran que los magos no existían.

 

Durante treinta años he reflexionado acerca de los magos. La necesidad de la transformación, me hace volver nuevamente a la magia. Ahora que soy adulto, dedico mi vida profesional a hablar y escribir sobre la forma de alcanzar la libertad plena y la realización. Pero apenas hace poco me di cuenta de que todo el tiempo he estado hablando de alquimia.

 

Finalmente decidí que una forma interesante de abordar este tema sería a través de una de las relaciones más maravillosas que se haya registrado nunca, la que existió entre Merlín y el joven Arturo en la cueva de cristal. En este libro, la cueva se presenta como un sitio privilegiado dentro del corazón humano. Es un refugio seguro donde hay una voz sabia que no conoce el temor, y al cual no llega la agitación del mundo exterior. En la cueva de cristal siempre ha existido y existirá un mago, lo único que hay que hacer es entrar en ella y escuchar.

 

Este es un libro acerca de cómo recuperar lo que ya es nuestro. Hay un mago dentro de cada uno de nosotros, un mago que lo ve y lo sabe todo.

 

Esta es la única frase que se debe aceptar como un acto de fe. Una vez que descubramos nuestro mago interior, la enseñanza vendrá por sí sola. Durante muchos años, este tipo de aprendizaje espontáneo ha sido el centro de mi vida diaria: observar y esperar a oír lo que mi guía interior tiene que decir. No existe otra forma de aprendizaje más fascinante.

 

Estar vivos significa ganarnos el derecho a decir lo que deseamos decir, a ser lo que deseamos ser, y a hacer lo que queremos. Camelot era el símbolo de esta forma de libertad.

 

Una vez hallado el guía interior, nos habremos encontrado a nosotros mismos. El yo es el Sol de resplandor permanente que, aunque eclipsado, cuando se despejan las sombras se muestra en toda su gloria.

 

En este libro hay veinte lecciones, cada una de ellas relatada desde el punto de vista del mago. Al comienzo de cada lección hay algunos aforismos, trozos condensados de sabiduría del mago, que ayudan a trascender la realidad ordinaria. Léalos e interiorícelos. No espere un resultado, sólo viva la experiencia. No se esfuerce. Esforzarse es como luchar por salir de la arena movediza, sólo sirve para hundirse más.

 

Al igual que los koan del Zen, los aforismos modifican el punto de vista, lo cual a su vez puede desencadenar el cambio de la realidad personal.

 

El sendero del mago es el camino del espíritu. Pero la espiritualidad no se opone a la racionalidad; es el marco más grande dentro del cual encaja la razón, como una de muchas otras piezas.

 

Mis sugerencias son apenas un punto de partida, formas de encender la iniciativa de cada uno.

 

Nada se aprende realmente hasta que se vive. Una vez que la razón, la experiencia y el espíritu se unen, se abre el sendero del mago y todo está dispuesto para la alquimia. La sabiduría que llevamos dentro es como una chispa que, una vez encendida, no se extingue jamás.

 

Para reunir esos elementos, se puede utilizar el siguiente método:

 

1. Siéntese en silencio durante unos momentos antes de iniciar la lectura de una lección.

 

2. Lea los aforismos y después tómese unos minutos para interiorizarlos. Léalos cuantas veces desee. Deje un espacio para sus propias reacciones e ideas, que suelen ser las cosas más valiosas que puede recibir.

 

3. Continúe leyendo el resto de la lección.

 

Lea nuevamente cada lección tan a menudo como lo desee, una o más veces; destine un día o una semana para vivirla. En este proceso no hay cronogramas. Mi único consejo es vivir la lección por lo menos durante un día, en lugar de tratar de absorber demasiadas lecciones a la vez.

 

La tercera parte de este libro se refiere a las etapas de transformación a través de las cuales el mago lleva a su discípulo. Las he denominado los siete pasos de la alquimia, se realizan cuando la persona deja atrás todas las limitaciones, se libera de todos sus temores y toma consciencia del espíritu puro que lleva dentro.

 

En la época de Arturo lo habrían llamado una búsqueda, y el objetivo supremo de esa búsqueda siempre fue encontrar el Santo Grial, el símbolo más poderoso de la pureza de espíritu. Por lo tanto, para mí la alquimia y el Grial son la misma cosa.

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