viernes, 28 de mayo de 2021

Técnicas Adivinatorias



Un método alternativo de adivinación es el uso de piedras coloreadas para obtener respuestas directas a cuestiones simples.

Cuatro piedras son adecuadas para este tipo de hechicería adivinatoria, y deberían una vez más ser encontradas por el hechicero personalmente. Si el plan es llevar las piedras adivinatorias a todas partes, la bolsa debería también ser hecha por el hechicero, los materiales tradicionales para una bolsa son el cuero, la gamuza o el terciopelo. El color de cada piedra es una elección personal, pero una sugerencia sería una piedra negra para el “no” o resultados negativos, una piedra blanca para el “sí” o resultados positivos, una piedra roja para proceder con precaución y una piedra con más de un color para indicar que la respuesta a la cuestión no es un corte claro y que se requiere una adivinación Más compleja para adivinar una respuesta conveniente.

Las piedras pueden ser usada para responder cualquier cuestión realizada en un formato sí-no, tal como *¿está siendo fulano honesto conmigo?*  La respuesta es obtenida introduciendo tu mano en la bolsa y sacando una piedra. Las piedras pueden ser consagradas  untando simplemente cada una con sangre o saliva, después de haber generado un estado alterado de consciencia con cualquier método que parezca apropiado, y diciendo:

*“Estas piedras fueron confeccionadas por los elementos. Que las huestes del Caos las carguen con sabiduría Y poder para responder cualquier cuestión que les pregunte.”*

OTRA TECNICA

Huesos de animales y pájaros tales como cuervos o águilas

También   son   herramientas   usadas   en   la   adivinación.   Tanto   los hechiceros Haitianos como aborígenes son ejemplos de personas que   usan   huesos.   Ciertas   formas   de   religiones   de   África Occidental,   que   después   se   desarrollaron   en   el   Vodoun   en   las Américas, incorporan huesos humanos en la adivinación así como los usan como trampas para espíritus, que contienen una entidad que puede ser usada para hacer la voluntad  del hechicero.

Los 23 huesos   humanos   tales   como   los   de   los   nudillos,   costillas   y calaveras   son   todavía   hoy   usadas   por   una   gran   diversidad   de hechiceros de diferentes culturas para una variedad de trabajos de hechicería,   y   pueden   ser   incluidos   en   las   herramientas   de   los modernos Hechiceros del Caos. *La   técnica   para   usar   huesos   varía   entre   cada   hechicero   o chamán,   ya   que   los   chamanes   también   usan   huesos   para   la adivinación.*  Así que cada Hechicero del Caos tendrá que diseñar su   propio   significado   y   técnica   cuando   use   los   huesos   para adivinación.     Interesantes     técnicas     adivinatorias     fueron desarrolladas entre las varias tribus que habitaban el Congo. Una de tales técnicas empleaba una mandíbula de cocodrilo con una superficie superior plana lijada. El hechicero frotaba un disco de madera   por   arriba   y   por   abajo   repetidamente   a   lo   largo   de   la superficie lijada de la mandíbula mientras cantaba una variedad de   posibles   respuestas   a   la   cuestión   entre   manos.   Esto   podría incluir el descubrir el remitente de una maldición o las causas de un   infortunio   reciente.

El   adivino o hechisero  pronunciaría   la   respuesta recibida del oráculo cuando el disco parara. La posición del disco a lo largo de la superficie lijada indicaría al adivino la correcta respuesta a la adivinación. Figuras animales y humanoides en una posición agachada con la superficie superior plana lijada, eran una herramienta adivinatoria alternativa a la descrita, la mandíbula de cocodrilo era usada por los Kuba-Bushoong y fue coleccionada por  Emile   Torday   en   Nsheng   en   1909.   El   Hechicero   del  Caos puede si así lo desea, desarrollar técnicas adivinatorias originales para adecuarse a requerimientos y gustos individuales

LOS CHAMANES USAN CRANEOS U OBJETOS PARA PODER ADIVINAR TAL CUAL PUEDE SER HOJA DE COCA. HUACOS PIEDRAS, PERLAS (CONCHAS DE MAR), ETC.

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