martes, 11 de mayo de 2021

Taller de Metafísica Parte LX

 LA LEY DE SANACIÓN

Parte III


Aquí hay dos puntos importantes:

 



- El Maestro Ascendido que vamos a invocar tiene que ser nuestro amigo. Si tenemos un amigo lo podemos invocar a cualquier hora para que nos asista en caso de emergencia pero si no cultivo esa amistad cómo lo voy a llamar. Debemos cultivar la amistad con los Seres de Luz y comunicarnos con Ellos a diario, no esporádicamente. De esta manera cuando Ellos reciben nuestra llamada ya nos reconocen.

 

- Familiarizarnos con las Llamas y Rayos para saber a cuál hemos de invocar en cada situación.

 

Enseñemos a los que nos rodean que todos tenemos Cristo Interno que tiene todo el poder para sanarnos y al invocarlo podemos traer Perfección a nuestras vidas, podremos sanarnos a nosotros mismos y así la Sanación será permanente.

 

María dice que primero es menester erradicar, eliminar, arrancar de raíz la causa y núcleo de toda aflicción en los niveles internos donde no se le ve para así poder tener una sanación permanente en este plano de la forma donde si se ve. Si no hacemos esto lo que ocurre es lo siguiente:

 

- Si un sanador le quita a alguien alguna enfermedad lo que va a ocurrir es que esa enfermedad se va a ocultar, se va a poner una máscara y no la vamos a reconocer y esta persona va a estar aparentemente sanada pero apenas desencarne el sanador, la enfermedad va a volver a manifestarse.

 

- Si la persona sanada desencarna, entonces esa persona no resolvió su problema, no hizo el llamado y cuando vuelve a nacer regresa con la enfermedad.

 

Tiene que ser la propia persona la que haga el llamado, hay una causa y núcleo detrás de toda enfermedad, trátese de algo mental, emocional, etérico, físico, financiero o lo que sea. Esa causa y núcleo debe ser arrancada de raíz y existen Seres Divinos que se ofrecen para ello: la Madre María, la Señora Astrea , Lady Kwan Yin y Lady Meta. Las damas del Cielo están tremendamente interesadas en la expansión de la actividad sanadora a través de seres no-ascendidos ya que la sanación es primordialmente una actividad de sentimiento. La sanación se transmite mediante sentimientos armoniosos. Si nos interesa sanarnos a nosotros mismos o a otros podemos invocar a las Damas del Cielo y cuando hayan sido extraídos la causa y núcleo de la enfermedad tendremos a un individuo permanentemente sanado.

 

Estamos creando continuamente, dormidos, despiertos, de día, de noche de dos formas: constructivamente o destructivamente. Continuamente o creamos más confort, más Luz, o más zozobra, más oscuridad. Tenemos, por tanto, que ver de qué lado estamos si del de la Luz o del de la oscuridad.

 

El Maestro Jesús nos dice que la conciencia de la humanidad está en un nuevo umbral en el que cada hombre, cada mujer desarrolle dentro de sí el conocimiento, la capacidad, para escoger su propio destino, para disolver de manera consciente las causas dentro de nosotros de las experiencias en el plano de la forma. Si creamos nuevas formas de pensamiento eso se va a manifestar en nuestro cuerpo físico como juventud, vigor y fuerza inagotable y en nuestra mente se va a manifestar como Paz, Comprensión e Iluminación.

 

El viejo orden de que el hombre dependía de una conciencia externa para ser aliviado, ser curado, para que le dispensaran misericordia, le perdonaran sus pecados… ese nuevo orden está desapareciendo. En la nueva era espiritual, cada hombre va a ser su propio doctor, su propia Presencia sanadora. Cuando el hombre empiece a reconocer la causa y deje de echarle la culpa a otros , entrará en la nueva era de la Maestría auto-consciencia y a través del auto-control y la auto-corrección aprenderá a poner su propia casa en orden mediante esas facultades que están latentes dentro del hombre. Jesús nos ha dado el ejemplo más grande de sanación en el mundo occidental y Él nos dio la clave, nos dijo: “el que en mi cree, las obras que Yo hago las hará y mayores aún” No basta con que haya unos pocos que estén capacitados para mitigar los males de las vidas de las masas. Debemos buscar las causas de nuestros dolores, pensé mal de alguien, hablé mal de alguien, me irrito por todo, cojo una rabia cada vez que subo a un taxi y el taxista empieza a criticarlo todo, creo que estoy muy avanzada espiritualmente porque asisto a todas las clases, seminarios, leo todos los libros pero sin embargo aún digo ¡qué tiempo más feo hace!, me quejo de todo, de que la juventud no sirve, que los tiempos de antes eran otros… todo esto son causa de nuestras aflicciones y enfermedades.

 

Hay algo muy importante que tenemos que tener en cuenta y es que la salud y la sanación van de la mano con la verdad, si mentimos, si albergamos engaño, si decimos aunque sea una mentirita piadosa, blanca, vamos a seguir experimentando aflicción y enfermedad, la salud y la verdad van de la mano.

 

Una vez sepamos las causas vamos a transmutarlas, podemos invocar la ayuda de los Seres de Luz, los Ángeles, los Maestros Ascendidos y nos podemos anclar en los brazos de la Presencia y pedir a nuestro Cristo Interno que asuma el mando y control de nuestros cuatro cuerpos inferiores para que sea la Perfección de Dios la que se manifieste en nuestros cuerpos físico, mental, etérico y emocional. Los elementales reflejan como un espejo todo lo que ven y la humanidad también es como un espejo, nos reflejamos los unos a los otros, con nuestros familiares, asociados e incluso a nosotros mismos en otras encarnaciones hasta que llegue el día en que tomemos la decisión consciente de eliminar de nuestros mundos la aceptación que refleja la conciencia masiva: la ancianidad, la desintegración, la descomposición, la muerte y todas sus ramificaciones y que le permitamos a nuestro Cristo manifestarse y hacer los susodichos milagros. ¿Estamos haciendo eso? ¿le estamos permitiendo a nuestro Cristo actuar o lo tenemos momificado, reteniéndolo en los confines de nuestra propia inseguridad, de nuestros propios conceptos mentales, de nuestras memorias etéricas, de nuestros poderes de razonamiento?

 

Las plantas y los animales se curan más rápido porque ellos no tienen razonamiento, ellos se dejan curar, no están poniendo obstáculos, no están en el sí pero… ¿y si no funciona? Y no dejamos a Dios Todopoderoso que se manifieste en esta hora cósmica, son ustedes los que mediante el libre albedrío permiten el segundo nacimiento, la expansión de su Cristo, de lo contrario lo único que vamos a hacer es cojear hasta la tumba, habiendo hecho el bien pero no lo suficiente. Nosotros lo tenemos todo, absolutamente todo para hacer las cosas bien, tenemos el conocimiento del Puente, sabemos que existen Ángeles de la Sanación y de la Verdad dispuestos, deseosos, de asistirnos a nosotros pues esa es su razón de ser, servir a la humanidad. Tan sólo pensar en los Ángeles puede calmar nuestros dolores y nuestras tristezas, puede fortalecer nuestra Fe e Iluminar nuestros corazones y lo único que tenemos que hacer es invocarlos para que nos irradien. También tenemos el Reino Elemental que nos sirve de manera permanente dándonos belleza, aire, agua, fuego, la tierra por la que caminamos y todo eso nos ayuda a mantenernos armoniosos y sanos. Cuando nos sentimos cansados no tenemos más que irnos por ejemplo a un parque con un libro, sentarnos debajo de un árbol y sentir la Paz, la quietud que se irradia, porque los elementales hacen su trabajo a pesar de nosotros los estemos contaminando continuamente, los Ángeles nos están sirviendo de encarnación en encarnación, somos nosotros, nuestra personalidad, la que no le permite al Reino Elemental y a los Ángeles hacer su trabajo correctamente.

 

También sabemos que la Música clásica, el uso correcto de los colores son conductores naturales de energías revitalizadoras y sanadoras.

 

 

 

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