miércoles, 9 de junio de 2021

El suicidio en el Budismo

 


Dado que el Budismo considera que morir, lo que se dice morir para siempre, es un privilegio sólo reservado a los que alcanzan la calidad de Buda, suicidarse no es desaparecer definitivamente sino sólo cambiar de estado.

La rueda de la vida no se interrumpe, ya que las formas vivientes son múltiples. La consciencia transmigra girando en una rueda sinfín hasta que la voluntad humana puede, por fin, hacerla cesar.

"El Budismo no ve la muerte como el fin de la vida, sino simplemente como una transición; el suicidio no es, por lo tanto, un escape de nada." 

De ahí que en los primeros tiempos de la historia del budismo, hace unos 2500 años, el suicidio fuera visto como una "acción inapropiada" en el caso que fuera hecha con el fin de huir de los problemas de esta vida.

Sin embargo: "los textos budistas tempranos incluyen muchos casos de suicidio que Buda mismo aceptó y perdonó. Por ejemplo, los suicidios de Vakkali (Sutta Vibhanga, Vinaya III) y de Channa (Majjhima Nikaya III) se cometieron a causa de enfermedades dolorosas e irreversibles. Es significativo, sin embargo, que la alabanza de Buda a los suicidas no se basa en el hecho de que éstos estuvieran en estados terminales, sino más bien en que sus mentes carecían de egoísmo y de deseos, y estaban iluminadas en el momento de la muerte." 

Existen muchas anécdotas registrada en diferentes sutras donde Buda acepta, por diferentes razones, el suicidio de adeptos. En todas ellas lo común es la voluntad de no escapar a un problema, o ser el resultado de la cólera o el miedo.

"(...) Aquí lo importante no es si estos relatos son todos ellos hechos históricos o no, sino que demuestran la posición consistente del Budismo frente al suicidio: no hay nada intrínsecamente erróneo en quitarse la propia vida, si no se hace con odio, furia o miedo. El asunto principal es la ecuanimidad o el estado de preparación de la mente." 

Si descartamos estos estados negativos ¿Por qué una persona puede decidir quitarse la vida? Un caso podría ser el enfrentarse con una enfermedad mortal con un pronóstico cierto de fuerte sufrimiento, y carga física y emocional desmesurada para los parientes más cercanos, como los casos de Vakkali y Channa antes mencionados. Otros casos que se incluyen en los textos Budistas ya no tienen relación con enfermedades terminales sino con estados de la mente que resultan poco accesibles (y en este sentido sin efectos prácticos) para las personas comunes.

"En resumen, el Budismo se da cuenta de que la muerte no es el fin de nada, sino una transición. El Budismo ha reconocido desde hace mucho tiempo los derechos de las personas a determinar cuándo deberían pasar de esta existencia a la siguiente. La consideración importante aquí no es si el cuerpo vive o muere, sino si la mente puede permanecer en paz y armonía consigo mismo." 

Lo que nos interesa contrastar es que, contra el pensamiento habitual, no todas las religiones de alcance mundial prohíben o condenan expresamente el suicidio. Todas, que sepamos, incluyen fuertes limitaciones para realizarlo; pero esto es otro aspecto radicalmente diferente de la cuestión. Lo que discutimos no es su reglamentación, o limitaciones, sino la esencia mismo del acto. La posibilidad de realizarlo (o de ayudar a otro) en ciertas condiciones específicas. Algo que nuestra legislación está muy lejos de recoger.

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