El ritual del útimo adiós
El ritual del último adiós es considerado como el último ruego que hace la persona que la libera, mientras se consume y se consuma la incineración, entonces se escribe en un papel aquello que uno quiere enviar a dios y en el momento de quemar la rosa, se hace lo propio con el papel en ese mismo fuego, en silencio, sin palabras, en la confianza que da lo íntimo.
Impregnar tu cuerpo con las cenizas de una rosa, es signo de arrepentimiento, de querer mostrarse limpio.
Una vez liberada por el fuego, se desprende definitivamente de las ataduras mundanas, cuando las cenizas se diluyen en el agua, y vuela al paraíso convertida en luz.
La finalidad de una rosa de Jericó, es convertirse en refugio de almas perdidas, el alma que trata de alcanzar su perdón a través de una ROSA DE Jericó, Lo hace desde la humildad, compromiso de servir, o de ayudar, por amor.
Gracias Rosa de Jericó
Instrucciones para hidratarla
El primer paso es poner la planta seca en un recipiente y añadir unos centímetros de agua (de manantial a ser posible), un detalle que a muchas personas se les pasa por alto es que la Rosa de Jericó no requiere ni mucha ni poca profundidad. Además se debe tener en cuenta que el agua deberá cambiarse cada día y la temperatura deberá ser templada.
De acuerdo con la cromoterapia, se puede utilizar un color concreto del recipiente para obtener un resultado más específico, generalmente se utilizan recipientes de cristal lo suficientemente grandes para que la planta pueda abrirse sin dificultad.
Esta planta debe ponerse en agua cuando está cerrada los martes o los jueves con una oración a las nueve de la mañana o bien las tres del mediodía.
El agua de la Rosa de Jericó debe cambiarse cada domingo, si es necesario puedes pasar la planta bajo el agua durante unos segundos para limpiar cualquier residuo negativo. Se dice que se puede utilizar el residuo del agua de la planta para limpiar el suelo y de esta forma la energía del lugar se renueva a una energía mas limpia, sin embargo, se ha comprobando que esto no es así porque la negatividad que la planta absorbe se deposita directamente en el agua. Evidentemente nadie limpiaría su casa con un agua que ha estado absorbiendo las energías negativas de su alrededor. Es importante dejar que la planta “descanse” en un estado latente, al menos una vez al mes y durante una semana.
Cómo conectarse con el espíritu de la
Rosa de Jericó
Si acabas de comprar tu planta tienes
que darle la bienvenida a tu casa, debes tener en cuenta que la Rosa es tu
guardián y por consiguiente tienes que hacer que se sienta bien en tu casa que
será también la suya, ella percibirá tus energías y captará tu estado de animo.
Al espíritu de esta planta le encanta las velas y el incienso. Algunas veces la
Rosa de Jericó desarrolla una relación muy fuerte con el propietario
deteriorándose inesperadamente cuando este está enfermo o emocionalmente
decaído, y recuperándose rápidamente cuando la persona encuentra la mejoría.
*Para conectar con su energía*
solamente debes poner tus manos encima de ella con las palmas hacia abajo,
centrarte tanto como puedas y entonces bendecir el agua. Si nunca has bendecido
agua, antes puedes decir lo siguiente:
“Bendigo esta agua, que se convierta
en un vehículo de protección y amor, por el poder divino de Dios o de la luz,
que así sea.”
Siente cómo la energía comienza a
fluir a través la planta, cierra los ojos y concentrarte durante unos segundos
permaneciendo en un estado de paz y calma. Cuando termines pídele un deseo,
recuerda colocar una vela cerca y un incienso. También recuerda que trata
siempre a la Rosa de Jericó con el máximo respeto y amor.
Mantenimiento de la Rosa de Jericó
Si hemos adquirido una Rosa de Jericó
por primera vez, buscaremos un cuenco, plato hondo o pecera de materiales
naturales (barro cocido, madera, cristal, monterita…) donde colocarla. Los
recipientes de materiales sintéticos no son tan afines y resultan mucho más
bastos a la hora de dejar pasar las energías.
A los tres días, cambiaremos el agua,
y a partir de esta vez puede hacerse cada dos semanas. La primera vez debe
ponerse en el agua un martes o viernes a las nueve de la mañana o tres de la
tarde. Esta operación debe realizarse siempre a la misma hora, tanto la primera
vez que le cambiemos el agua a los tres días como en las veces sucesivas.
También, cada vez que cambiemos el agua o queramos pedir algo en especial,
recitaremos esta oración:
Divina Rosa de Jericó. Por la
bendición que de nuestro Señor Jesucristo recibiste, por la virtud que tú
encierras y por el poder que se te concedió, ayúdame a vencer las dificultades
de la vida, da paz, prosperidad, alegría, salud y felicidad a este hogar en
donde tú estás, al igual que a sus moradores, protégelos de cualquier
enfermedad y mal. Divina Rosa, todo esto te lo pido en virtud de todo aquello
que tú encierras, en y por amor de Cristo Jesús. Amén.
Si el agua se pone turbia los primeros
días, es que efectivamente está ejerciendo su acción vibratoria y purificante
del lugar. Es preferible que permanezca sumergida dentro del recipiente, para
lo cual podemos añadir agua siempre que sea necesario. Si el agua está clara,
es señal de que todo va bien.
El agua, naturalmente, juega un papel
primordial, pues en ella vive y debe “trabajar”. No es recomendable mantenerla
con el agua del grifo, sobre todo si vivimos en una gran ciudad, por la
cantidad de sustancias que trae consigo. Para que la doradilla se encuentre en
óptimas condiciones, utilizaremos agua de pozo, manantial o mineral. Aunque si
pretendemos llevar a cabo algún trabajo mágico recomiendo el agua de lluvia. Si
es recogida en una noche de luna llena mucho mejor, ya que su magnetismo es
elevado y es más poderosa.
Como cuidado adicional, podemos echar
dos o tres gotas de aceite nitratado por quincena en el agua de la Rosa. Este
aceite contiene sustancias nutritivas para nuestra planta, que contribuirán a
alargarle la vida. Es el aceite que se usa también para “vestir” las velas y se
puede encontrar en tiendas esotéricas.
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