¿Un amuleto que atrae la buena suerte?
Al igual que el trébol de las cuatro hojas o la pata de conejo, la herradura es considerada desde tiempos inmemoriales cono un poderoso amuleto capaz de traer fortuna o de rechazar espíritus malignos.
Introducida por los griegos en el siglo IV, las primeras herraduras eran de hierro, un elemento que se creía que ahuyentaba el mal, por lo cual tenía la forma de una luna en cuarto creciente, que desde antiguo era considerada como símbolo de fertilidad y fortuna.
Por si fuera poco, los griegos decidieron fijar las herraduras a los equinos con siete clavos. Exactamente siete; un número mágico para egipcios y babilonios, una superstición más que ha perdurado en nuestros días.
Los romanos al ser muy supersticiosos continuaron con la práctica, que se extendió por todo el Imperio.
Con la llegada de los cristianos - faltos de originalidad como siempre - se apropiaron de esta antigua creencia para sus perversos fines.
En la Edad Media, cuando cundía al máximo el temor a la brujería –azuzada por una corrupta y decadente Iglesia Católica - la herradura adquirió un poder adicional.
Se creía que las brujas se desplazaban montadas en escobas porque temían a los caballos, y que cualquier cosa que les recordara un caballo, especialmente su herradura de hierro, las ahuyentaba como un crucifijo aterrorizaba a un vampiro.
Por este motivo, una mujer acusada de brujería era enterrada con una herradura clavada en la tapa de su ataúd, para impedir su resurrección.
En Rusia, al herrero que forjaba herraduras se le consideraba dotado de capacidad para realizar magia blanca contra la brujería, y los juramentos solemnes relativos al matrimonio, los contratos comerciales y las compraventas de propiedades no se prestaban sobre una Biblia, sino sobre los yunques utilizados para martillar las herraduras.
En las Islas británicas, la herradura se mantuvo como potente símbolo de suerte hasta bien entrado el siglo XIX. En 1805, cuando el pirata Horacio Nelson se enfrentó durante las Guerras Napoleónicas a la flota hispano–francesa en la batalla de Trafalgar, el supersticioso inglés clavó una herradura en el mástil de su navío almirante, el Victory.
Sin embargo, ello no evito que perdiera la vida en la contienda. A pesar de todo, con el paso del tiempo las herraduras conservaron su hechizo. Según fuentes relacionadas con el esoterismo, colocar los extremos de la herradura hacia abajo nos ofrecerá protección, mientras que ponerla al revés, con los extremos hacia arriba, será más eficaz para llamar a la suerte. Es por ello que no nos extraña que actualmente la podemos encontrar representada en toda clase de modelos en forma de joyas, tapices e incluso en los logos de las empresas.
La Herradura en el marco de la puerta
principal
En los mercados esotéricos es común
ver herraduras muy bien adornadas y aderezadas con listón rojo, ajos machos, la
tremenda sábila y polvillos de éxito, trabajo y bienestar. Sin embargo al
quitar todos los embelezos que adornan la herradura se descubre que está es de
vil plástico, así como los listones de seda. Los polvillos son cal y
colorantes. Lo único bueno son los ajos y la sábila. Por lo que, es mejor poder
elaborarla por ti misma
Si bien se dice que si está herradura es
robada es mucho mejor, antiguamente se tomaba por cierto el que la suerte es
tomada o robada; sin embargo no estamos en esos tiempos por lo que si tienes en
la casa una antigua herradura que no hayas podido consagrar o alguien te la
puede obsequiar es lo mejor.
Material:
Herradura de Hierro (entre más vieja mejor)
Hilo de Bordar color rojo
7 ajos machos pequeños
7 alfileres de seguridad (seguritos) dorados
pequeños
Una sábila
Una imagen religiosa
2 Velas Blancas
Varita de incienso (en este caso pueden usar
de sangre de drago)
*Nota: Vamos a requerir que todos
estos materiales estén debidamente consagrados o purificados antes de empezar
el ritual.*
De otra suerte deben hacer sahumerio con copal con cada uno de los materiales, y ponerles un poco de agua bendita.
Si ustedes son paganos, bueno ya saben
lo que tienen que hacer para consagrar y purificar.
Procedimiento
En un Jueves de Luna llena o Luna
creciente, y en las horas 12 del día, 3 de la tarde, vamos a disponer de un
altar en el que tendremos los 4 elementos.
Vamos a empezar por enredar con el
hilo de algodón (para bordar a mano) la herradura, tratando de cubrirla por
completo, de ser posible le enredaremos de ida y de vuelta. También enredaremos
lo ajos machos cada uno, de tal suerte que queden 7 bolitas. Con los alfileres
“seguritos” vamos a enganchar a la herradura los 7 ajos.
Y con el hilo ataremos la Sábila
y la imagen religiosa a la herradura.
Vamos a conjurar el poder de la
herradura:
*“Poderosa herradura que de la tierra
has salido,
atraéme la suerte, implorando te
pido.*
*Por el poder del ajo macho de
poderosa fuerza.*
*La maldad sea esquiva, su arma se
tuerza.*
*Sábila bendita de poderosa virtud.*
*Que en esta casa reine siempre la
salud*
*Herradura de hierro de poderosa
suerte*
*Aleja de mí los espíritus de la
muerte.*
*Ajo macho de antiguos eones*
*Aleja de los míos los malvados
ladrones*
*Sábila sagrada de tierra viviente*
*Aleja de mi morada toda la mala
gente*
*Así sea*
Repetiremos el conjuro mínimo en 7
ocasiones y en número impar.
Dejaremos entre las velas nuestra
herradura hasta que estas se terminen, terminando eso la colgaremos por dentro
de la casa, cercana a la puerta que da hacia la calle.
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