IX El Regreso al Paraíso
Parte
I
No podía
ser de otra manera, llegamos al capítulo nueve y tiene que finalizar este
trabajo escrito, pues es el momento de descender a la novena esfera.
“Alterna la lucidez del Paraíso
con la noche profunda, plena de
terrores.”
Goethe
El número nueve, es sabiduría y
regreso al Paraíso, salimos de la Arcadia
por
fornicarios, es decir, por derramar nuestro semen, y si queremos
regresar deberemos entrar por la misma puerta por donde salimos, en este
caso, transmutando nuestras energías seminales y no derramando bajo
ningún concepto.
El V.M. Samael Aun Weor, nos devela el Arcano o
Gran Arcano, de la siguiente manera: “Conexión sexual sin derrame seminal, sin eyaculación del Ens. Séminis”
así se transmuta la energía creadora.
Anteriormente al Maestro Samael, el Maestro
Huiracocha lo había develado pero en latín: “Inmisio membri virili in vagina feminae sine
ejeculatium seminis”
Como podemos comprobar, estas revelaciones que por tanto tiempo solo se entregaban de labios a oídos y después de rigurosas pruebas, hoy están al alcance de todos. No obstante siempre en todo momento se conoció esta clave, pero solo la poseían aquellos que realmente eran merecedores de poseerla.
Deberíamos cuestionarnos, ¿por qué ahora se nos
entrega a todo el mundo? ¿Acaso no será porque los tiempos apremian? ¿será como
en los tiempos de Noe que se nos está invitando a entrar en el arca?
Así mismo tenemos que decir que nuestro arte
sagrado está totalmente fundamentado en las tablas de la Ley:
1-Amaras
a Dios sobre todas las cosas.
2-No
jurar su santo nombre en vano.
3-Santificar
las fiestas
4-Honrar
a Padre y Madre.
5-No
matar.
6-No
fornicar
7-No
hurtar
8-No
levantar falso testimonio ni mentir.
9-No
adulterar.
10-No
codiciar los bienes ajenos.
Y si
somos tan irreverentes, que no aceptamos éste decálogo por haberse quedado
desfasado en el tiempo. El Maestro Samael nos invita a que
practiquemos los diez
Mandamientos de la Nueva era de Acuario que a la letra dice así:
1-Amarás a tu Dios interno y al prójimo como a ti mismo.
2-Estudiarás la Doctrina Secreta del Salvador del
Mundo.
3-No vitupere jamás al prójimo,
ni hables palabras inmodestas o vanas.
4-Deberás sacrificarte por amor a
la humanidad, y amar a tus peores enemigos.
5-Debes obedecer la voluntad del
Padre, así en los cielos como en la tierra.
6-No cometerá fornicación ni
adulterio, en pensamiento, palabra y obra.
7-Lucharás contra el mundo, el
demonio y la carne.
8-Deberás ser infinitamente
paciente y misericordioso.
9-Practicaréis el Arcano A. Z.
F., con tu mujer.
10-Lavaréis tus pies en las aguas de la
renunciación.
Y todavía
nos añade nuestro Maestro:
Es
ostensible y palmario que los troncos o tablas de la Ley, donde el profeta
Moisés escribiese sabiamente por mandato de Jehová los diez mandamientos, no
son en realidad sino una doble lanza de Runas, sobre cuyo significado fálico
existe mucha documentación.
No está
de más enfatizar la idea trascendental de que existen dos Mandamientos más en
el esoterismo mosaico.
Quiero
referirme a los Mandamientos once y doce, íntimamente relacionados con los
arcanos 11 y 12 de la kabala.
El
primero de éstos (o sea el undécimo) tiene su clásica expresión en el sánscrito
Dharman Chara: “Haz tu deber”.
Recuerda
hermano lector (nos dice el M. Samel) que tú tienes él deber de buscar
el camino angosto, estrecho y difícil que conduce a la luz.
El arcano
11 del Tarot ilumina este deber: la fuerza maravillosa que puede dominar y
sujetar a los leones de la adversidad es esencialmente espiritual.
Por esta
razón está representado por una bella mujer que sin esfuerzo aparente abre con
sus manos deliciosas las fauces terribles de Leo, el puma espantoso, el león
furioso.
Con el
undécimo se relaciona y se entrelaza el duodécimo Mandamiento de la Ley de Dios,
ilustrado por el Arcano 12: “Haz que tu luz brille”.
Para que
la Luz, que constituye la Esencia embotellada dentro del Yo, pueda realmente
brillar y resplandecer, debe liberarse y esto sólo es posible mediante la
Aniquilación Budhista, disolviendo el Ego.
Aquel que practique Magia Sexual, con distintas mujeres es adúltero, y
ningún adúltero puede despertar el Kundalini.
Aquel que
viole el sexto mandamiento de la Ley de Dios, (no fornicar) no puede fecundar
las aguas de Mercurio, porque no posee entonces los fuegos solares.
La magia sexual, solo se puede realizar entre
esposo y esposa.
Llamo
hombre vicioso al amante popular que ama el cuerpo más bien que el alma; porque
su amor no puede tener duración, puesto que ama una cosa que no dura.
Tan
pronto como la flor de la belleza de lo que amaba ha pasado, vuela a otra
parte, sin acordarse ni de sus palabras ni de sus promesas.
A lo cual contesta Platón: Pero el amante de una alma bella
permanece fiel toda la vida, porque lo que ama es durable. Así pues, la
costumbre entre nosotros quiere que uno se mire bien antes de comprometerse.
Arnoldo
de Villanova, Alberto el Grande, Raimundo Lulio y muchos otros alquimistas,
denominan al mercurio, esperma o semen.
Desead, como niños recién nacidos, la leche
espiritual, sin engaño, para que por ella
crezcáis en salud. (San
Pedro, primera Epístola, C. II, V.2)
Jesús vio a unos pequeños que mamaban. Y dijo a sus
discípulos: Estos pequeños que maman son parecidos a los que entran
en el Reino. Ellos le dijeron: Entonces, volviéndonos pequeños, ¿entraremos en
el Reino? Jesús les dijo: Cuando hagáis de dos uno, y cuando hagáis lo que está
dentro como lo que está afuera y lo que está fuera como lo que está dentro, y
lo que está arriba como lo que está abajo, y cuando hagáis, el macho con la
hembra, una sola cosa, de modo que el macho no sea macho y la hembra no sea
hembra, cuando hagáis ojos en vez de un ojo, y una mano en lugar de una mano y
un pie en lugar de un pie, y una imagen en lugar de una imagen, entonces
entraréis en el Reino. (El Evangelio según Tomás
Apócrifo
Gnóstico)
Cuando las corrientes positivas y negativas del
Mercurio hacen contacto en el Triveni, cerca del hueso coxígeo, despierta, por
inducción eléctrica, una tercera fuerza que es el kundalini.
No se puede derramar ni una sola gota sagrada, ya
que todo esto permitirá que la serpiente, llamada Kundalini por los
Indostaníes, ascienda por nuestra columna vertebral.
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