LA MUERTE SEGÚN EMMANUEL LEVINAS
Parte III
¿Cómo sería la cosa….en el momento de la muerte…si estamos
preparados para volvernos de lleno hacia la Luz?
El momento no llega como una sorpresa. Uno está consciente,
cuando todavía es humano, de ese momento de girar.
Es la disposición a tocar con amor todas las cosas de la
tierra humana, y quererlas lo suficiente para liberarlas, sabiendo que no hay
pérdida en tal Liberación. Sólo hay la alteración de la conciencia en una
Unicidad más profunda.
Se siente y se conoce la Luz antes de que se la perciba. En
el momento de girar, de rendirse con la confianza más profunda y con la
conciencia más pronunciada, uno abandona lo físico y se vuelve directamente
hacia la Luz. Uno ya ha girado más de la mitad antes de abandonar el
cuerpo.
¿Y en ese momento están allí simultáneamente presentes el
Uno y la total singularidad?
Sí, y para siempre de allí en adelante.
Si en el transcurso de una vida ustedes llegan en su propio
corazón a la sabiduría de aceptar sus propias imperfecciones humanas, existe la
gran posibilidad de que su muerte será instantánea y extremadamente
confortable.
Uno puede irse pacíficamente en el sueño si todas las cosas
están balanceadas y de acuerdo con los deseos del alma. Fíjense que no dije:
“si uno está totalmente evolucionado”, ya que cada vida tiene una capacidad; y
cuando se alcanza la misma, uno puede irse en paz. Aunque algunos dicen:
“Murieron de la manera más bella y pacífica en su sueño pero no estaban
totalmente evolucionados; no hicieron esto, no hicieron aquello”, no tienen
forma alguna de saber cuál era la tarea de esa alma en esta vida. Si la tarea
se ha completado la vida termina en un santiamén.
Ahora bien, muchos mueren después de enfermedades largas y
extremas. Esto no significa que no hayan alcanzado la determinación de sus
almas. Sólo significa que la estaban alcanzando cuando se iban.
El estar vibrantemente vivo ante el propio momento de la
muerte es crecer al máximo en una vida.
El alma escoge lo que más valga de su proceso en ese
momento. Puede que sea el ayudar a otros a crecer, o a permanecer en el cuerpo
para que su propia conciencia pueda seguir evolucionando. Quizás el alma decida
irse repentinamente para aprender desde el otro lado de la vida física-al
reevaluar los miedos infundados que le habían perseguido hasta el momento de la
muerte repentina.
La muerte no es algo que deba causar aprehensión. Es sólo
parte de un proceso con el cual ustedes han estado comprometidos por siglos. No
están al borde del abismo. Sencillamente están dando otro paso en su propia
existencia eterna. Las almas necesitan formas de abandonar cuerpos cuando están
listas para ello. ¿Por qué tiemblan así, Mis Amados? La muerte es una puerta
giratoria.
Mi hermano se suicidó. ¿Qué necesito saber al
respecto?
Tu hermano tomó su vida y se la llevó a Casa. Aunque se
habla de la inconveniencia del suicidio, éste está correcto.
Está claro que, cuando uno decide salirse de la escuela,
tendrá que regresar de nuevo a ella y aprender lo que no pudo en esa ocasión.
Les estoy hablando desde la Eternidad; no hay límite al número de vidas que uno
puede vivir. Tu hermano está aprendiendo muchas cosas valiosas. Él está en
Casa. Está bien.
Está trabajando, y va a diseñar un currículum para la
próxima vez que será más compatible con su disposición y sus necesidades.
Es a sí mismos que ustedes deben dirigir su atención. ¿Qué
significa para ustedes tener un hermano que se quitó la vida? Necesitan oír la
voz de Dios dentro de sí, la cual sabe que todo está bien, que él es eterno.
Oigan el mensaje que les dio. Nadie actúa solo. Nadie actúa en el vacío. Nadie
se quita la vida sin dejar una herencia de crecimiento tras de sí.
No existe el castigo de Dios. Sólo existe el Amor y la
Comprensión Eterna. El suicidio no es más que un acto tonto y-como tal-obtiene
la recompensa apropiada. He aquí la cuestión. Sus oraciones y bendiciones serán
altamente apreciadas. Pero-más que eso-lo que sí será bienvenido de parte suya
será su suave, dulce y sonriente comprensión de la futilidad de dicho
acto.
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