Trace con tiza un círculo de 1,5 m de diámetro sobre el piso, esparza adentro de él hojas de albahaca fresca, coloque también un bol transparente con agua. Siéntese en una posición que le quede cómoda delante del recipiente, en el centro del círculo. Cierre los ojos e invoque:
“Puro y limpio todo, luz en mi ser, vuelvo a nacer”.
Ahora comience a respirar de este modo:
1- Vacíe sus
pulmones, espirando por la nariz, de modo lento y silencioso, expulsando hasta
los últimos restos de aire.
2- Imagine que el
aire que elimina es turbio, gris o negro.
3- Piense que,
cuanto más profundamente espire, más cantidad de aire puro podrá introducirse
en los pulmones.
4- Concentre su
atención en el abdomen, inspire profundamente por la nariz, imagine que el aire
que ingresa es luminoso, muy luminoso.
5- Lleve
lentamente el aire luminoso hacia la parte baja del abdomen, esta aumentará
levemente de volumen.
6- Retenga
contando hasta diez y, luego, vuelva a expulsar el aire lentamente por la
nariz, hasta vaciar el abdomen y los pulmones. Visualice que el aire que sale
es gris, sucio o negro.
7- Repita seis
veces cada inspiración y exhalación. Sienta circular la energía, cómo se recicla.
8- Para cerrar el ejercicio ritual, coloque las hojas de albahaca en el recipiente con agua diciendo
“Hojas de albahaca, que todo lo sanan, brille en mi mente claridad
potente”.
9- Deje este copón
con albahaca en su altar de trabajo para que termine de absorber la negatividad
ambiental.
Advertencia: evite hace este ejercicio si es hipertenso/a, o si tiene problemas cardíacos o respiratorios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario