Este ritual es corto y simple, se trata de tomar un vaso de vidrio, alguno que no importe mucho, y llenarlo hasta el tope.
Luego, se debe concentrar en el líquido toda la energía negativa que tenemos dentro y que nos rodea.
Después de hacer esto, y liberarse de la negatividad, se
echa el agua por encima del hombro o la cabeza sin mojarnos y se tira al piso o
se rompe el vaso, copa o recipiente donde colocamos el agua.
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