miércoles, 13 de enero de 2021

Hechizos de protección Parte V

 Protección Energética.

 


Cuando nos referimos a las diferentes energías a las que nos enfrentamos en nuestro día a día, tenemos que hablar de otros tipos de energías de origen mental, emocional y espiritual que todo ser vivo genera, además de las energías artificiales, producto de toda la contaminación electromagnética que hemos “fabricado” con la tecnología y la evolución de la sociedad.

 

La mayor parte del sufrimiento y de los “ataques energéticos”, no son más que fenómenos producidos por la mala gestión de la energía mental/emocional de cada persona, lo que unido a sus carencias y debilidades personales (miedos, culpas…), la convierten en víctima y sufridora.

 

También nos enfrentamos a otros niveles más sutiles de agresiones energéticas, los provocados por entidades de altos niveles de vibración, como seres de otros planos que se aprovechan de nuestra ignorancia para alimentarse de nuestra energía, los provocados por seres fallecidos que se quedan enganchados en los campos energéticos de las personas, los provocados por simples formas mentales de la energía que habitan en el campo astral de la Tierra y que son como parásitos que, literalmente, nos chupan la energía… la lista es larga.

 

Cualquier relación entre dos personas, no es más que un intercambio de energía, que si es positivo y equilibrado, genera armonía, pero si es negativo se convierten en guerras de poder para obtener la energía del otro que, en la mayoría de los casos, acaba en conflicto.

 

La mayoría de las personas no son conscientes, ni siquiera, de su respiración, con lo cual es muy difícil que puedan percibir las sutiles sensaciones de la energía, aunque todos son víctimas de sus efectos… cuando pierden energía se sienten cansados, cuando una Entidad  se engancha en el aura, sienten esos pensamientos o emociones como propios y se dejan llevar por lo que piensan o sienten, si entran en un lugar contaminado energéticamente o tratan con personas enfermas, sienten nauseas, dolor de cabeza, malestar…como les sucede a muchos terapeutas.

 

Para poder diferenciar las energías y actuar sobre ellas, necesitamos entrenamiento: primero debemos aprender a llevar la mente a casa y observar el silencio interior… permanecer atentos a lo que sentimos, a lo que pensamos, a lo que sucede y empezar a discernir. Para esto, tenemos herramientas como la Meditación, el Reiki,  que nos enseñan y entrenan para utilizar todo tipo de energías, al mismo tiempo artes ancestrales como el Feng shui o la Radiestesia nos enseñan a armonizar espacios y corregir desequilibrios energéticos en los lugares.

 

Hemos comprobado que la mente dirige a la energía. Basta concentrar la atención en un punto del cuerpo para conseguir que allí se concentre la energía o por ejemplo, basta con pensar en alguien y casi con total seguridad, esa persona recibirá sin percatarse de ello una señal energética y, de repente, pensará en nosotros al mismo tiempo.

 

Hoy sabemos que la mente genera muchísima energía, que el cuerpo humano está dotado de un complejo sistema bio-energético por el que circula una especie de electricidad a través del sistema nervioso central y periférico, que esa energía se controla o se descontrola, a partir de los pensamientos y emociones que todos percibimos en nuestro cuerpo. Pero esta energía no sólo afecta a nuestro cuerpo físico, sino que se expande más allá, a través de una compleja estructura energética, las diferentes capas del aura, sobre todo las tres primeras (soporte vital, cuerpo emocional y cuerpo mental), afectando a las personas que se encuentren dentro de ese campo energético e incluso, enviando esas energías a distancia.

 

Por supuesto, todo el mundo, con el entrenamiento adecuado, puede aprender a utilizar las energías, aunque esto requiere un compromiso con el entrenamiento y desde luego, implica pasar un proceso de crecimiento personal que, a veces, puede ser duro.

 

Todos los días perdemos y obtenemos energía sin saberlo. Existen muchas formas de perder la energía pero siempre sin excepción, esto sucede porque nosotros lo permitimos, consciente o inconscientemente.

 

Por ejemplo, cuando en el trabajo un compañero nos agrede verbalmente o la pareja nos recrimina el llegar tarde, energéticamente, el aura del agresor se engancha a la del agredido y trata de robarle su energía y obtener así el poder de manipularle. Si el agredido es fuerte energéticamente, el agresor no conseguirá su objetivo. Decimos que “lo similar atrae a lo similar y rechaza lo opuesto”, por lo que una persona que siempre está enfurecida, se alimenta de la energía de la ira y por lo tanto, provocará situaciones de enfado en otras personas para que estás generen energía de la ira y así “alimentarse”. Si la víctima mantiene la calma y no le proporciona su alimento, se buscará otra víctima a quién atacar.

 

Entregamos y perdemos nuestra energía a través de internet o la televisión, hay programas que crean adicción, miles de personas participando en un foro,  o programa de T.V., generan una cantidad tal de energía mental-emocional que los une a todos, un egresor que se retroalimenta de su energía y les hace sentir la necesidad de conectarse a todas horas…

 

Si pudiéramos ver nuestros campos energéticos, nos asustaríamos de cómo están, pues la mayoría no sólo tienen desgarros aúricos, lesiones energéticas causadas por los pensamientos/emociones de otras personas, sino también implantes energéticos, que se han multiplicado con la proliferación de las famosas “sintonizaciones” como se hace en Reiki y en otras técnicas y que provocan graves pero sutiles daños en la persona, entidades enganchadas y un sinfín de elementos que afectan al cuerpo físico y la mente de las personas.

 

¿Existe alguna técnica de limpieza energética?

 

Existen muchísimas, desde las más sencillas que pasan por mantener una buena higiene corporal, hasta las más complicadas que consisten en mantener una buena higiene mental-emocional y algunas otras para casos más complejos, en las que se necesita la ayuda profesional para limpiar y reparar un campo energético dañado.

 

Como consejo de limpieza energética, recomendaría a todos  que simplemente, al ducharse o simplemente lavarse las manos, usen un decreto, una orden a la energía, diciendo mentalmente:

 “yo ordeno que toda la energía negativa que tengo, abandone mi cuerpo y mi campo energético en este momento”.

Si quieren eliminar la energía negativa de alguna persona, que digan en el decreto:

“yo ordeno que toda la energía negativa de “X”, abandone mi cuerpo y mi campo energético en este momento”. Los resultados son sorprendentes.

Por último, recordar que la mejor técnica de protección energética que existe es elevar nuestra vibración en la frecuencia del Amor, lo que tiene como consecuencia disfrutar de una vida prospera y feliz, con lo cual si eso sucede, ya no necesitaremos ninguna técnica de protección.

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