lunes, 11 de enero de 2021

Saquito mágico para traer Clientes

 


El saquito mágico para atraer Clientes es un poderoso Talismán que puedes hacer si tienes un negocio y quieres que los clientes nunca te falten.

 

Los saquitos mágicos pertenecen a la magia Natural que se han hecho desde siempre.

 

Los materiales que vas a necesitas son:

 

Un trozo de tela de color rojo.

 

Hilo rojo.

 

Imán.

 

Trigo.

 

Arroz.

 

Clavos de especia

 

Un llave.

 

Una varita de incienso.

 


El procedimiento para hacer el saquito mágico para atraer Clientes.


 

Mete el imán y la llave en sal, para que se vayan limpiando de la energía negativa que puedan tener.

 

Corta la tela formando un cuadrado pequeño y un trozo de hilo con el que luego atarás el saquito. Pasa la tela y el hilo siete veces por el humo del incienso, para limpiarlos.

 

Siete el número de la suerte

 

 Sobre la tela, coloca siete granos de arroz, siete de trigo y siete clavos de especia. 


También el imán.

 

Arroz: Aporta fertilidad para que crezcan los clientes, poder y dinero.

 

Clavo  de especie : Aleja las energías negativas que puedas tener y atrae el dinero.

 

Trigo: También aporta fertilidad para que crezcan las ventas y atrae el dinero.

 

El imán se pone por su efecto de atracción.

 

Junta las cuatro puntas de la tela con todos los ingredientes en su interior y lo atas con el 


hilo haciendo tres nudos.

 

Con el hilo sobrante, coloca la llave haciendo de nuevo tres nudos muy apretados.

 

Durante todo el proceso intenta tener puesta la intención en lo que quieres atraer.

 

¿Cómo usar el saquito mágico para atraer Clientes?

 

Lo puedes poner en la caja del dinero. 

Si eres comercial lo puedes llevar en la cartera donde lleves la documentación de los 

clientes.

 Si trabajas con tu vehículo lo puedes colgar o guardar dentro.

 

Al ser un saquito que se usa como amuleto, todos o casi todos los meses lo debes cargar con la energía de la luna.

 

Cuando sea luna llena, lo pasas por el humo de una varita de incienso siete veces, para limpiarlo de cualquier energía negativa, luego lo pones al aire libre o junto a una ventana para que la energía de la luna lo purifique y lo dejas hasta el día siguiente para que también se cargue con la fuerza que le aportará el sol.

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