Jentiamentiu es una antigua deidad egipcia cuyo nombre también se usó como títulos para Osiris y Anubis. Su nombre significa "Primero de los Occidentales" o "Jefe de los Occidentales", donde "Occidentales" se refiere a los muertos.
Jentiamentiu era representado como una deidad con cabeza de chacal en Abidos en el Alto Egipto, protegiendo la puerta de los muertos. Existen testimonios antiguos en Abidos, quizás anteriores a la unificación de Egipto al comienzo del periodo dinástico temprano (c. 3100-2686 a.C.). El nombre aparece en los sellos de cilindro de la necrópolis para los faraones de la primera dinastía Den y Qaa, nombrando a cada uno de sus predecesores con el título "Horus Jentiamentiu", comenzando con "Horus Jentiamentiu Narmer". En Abidos se encontró un templo predinástico dedicado a este dios.
Las funciones de Jentiamentiu, Osiris y Anubis sufrieron cambios considerables en el Reino Antiguo tardío (c. 2686-2181 a.C.). Originalmente, solo el nombre de Anubis aparecía en la fórmula de ofrendas que se creía que permitía al muerto participar en las ofrendas que se les daba para mantenerse en la otra vida. En la quinta dinastía (c. 2494-2345 a.C.), muchos dioses comenzaron a aparecer en esta fórmula, incluyendo a Osiris, un nombre que no aparece en ningún texto antes del comienzo de la dinastía, y Jentiamentiu. Durante el Reino Antiguo tardío, el título Jentiamentiu se asocia más claramente con Osiris.
El jeroglífico chacal que aparece en el nombre de Jentiamentiu en el periodo dinástico temprano se ve tradicionalmente como determinativo para indicar la forma del dios, Terence DuQuesne discutió que el chacal del glifo representa el nombre de Anubis y que Jentiamentiu era originalmente un epíteto o manifestación de Anubis. De ser así, Jentiamentiu solo habría comenzado a aparecer de manera independiente a partir de la quinta dinastía, en torno al mismo tiempo que aparece el nombre de Osiris. La mayoría de las inscripciones de esa época muestran que Osiris y Jentiamentiu ya estaban íntimamente relacionados. Harold M. Hays aseguró que los Textos de las Pirámides, cuya copia más antigua conocida solo data de finales de la quinta dinastía, aplican el título Jentiamentiu a Anubis y no a Osiris, y que los Textos de las Pirámides reflejan las creencias de una época anterior, cuando Jentiamentiu no era totalmente independiente de Anubis.
Comenzando el Primer Periodo Intermedio (c. 2181-2055 a.C.), el templo de Jentiamentiu en Abidos fue dedicado explícitamente a Osiris, convirtiéndose en su principal centro de culto.
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Jepri es una de las manifestaciones del Sol en forma de escarabajo (Scarabaeus sacer). Su nombre significa "el que vino a la existencia por sí mismo". Siempre observadores perspicaces de la naturaleza, los antiguos egipcios percibieron que los escarabajos empujaban una bola de excremento por el suelo, de donde emergía su descendencia. Esto creó la idea de que los escarabajos se reproducían sin necesidad de pareja. Jepri, el dios escarabajo, habiendo nacido del vientre de su madre Nut en el horizonte oriental, empuja el disco solar a través del cielo tras emerger de una noche en el inframundo.
También es importante la noción de la resurrección, ya que Jepri aparece en el capítulo 83 del Libro de los Muertos: "Me he elevado al igual que el primordial: Me he convertido en Jepri. He crecido como crecen las plantas...Soy la fruta de cada dios". Las primeras inscripciones para Jepri aparece en los textos de las pirámides, considerándolo una manifestación de Ra. Jepri es llamado Atón-Jepri, ascendiendo del montículo primordial en la mansión de Bennu.
Durante el Reino Medio (2055-1650 a.C.), la imagen del escarabajo se convirtió en un amuleto que ofrecía la protección del Sol. Aparecieron en muchos tamaños y en su cara inferior podía haber inscripciones del nombre del dueño, títulos o el ave Bennu. Algunos fueron producidos para celebrar sucesos concretos, como las cazas de leones de Amenhotep III, o su matrimonio con la reina Tiy.
Durante comienzos del siglo XIX, se excavó un gran tallado en piedra del escarabajo Jepri en el templo de Karnak en la esquina noroeste del lago sagrado, donde aún permanece. El Museo Británico tiene un escarabajo de granito verde aún más grande, de entre metro y medio de longitud y un metro de ancho. Las grandes estatuas de escarabajos parecían ser comunes en antiguos templos egipcios como símbolo de la primera aparición del Sol en el horizonte.
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