UN ACEITE PARA CADA FIN.
BENJUÍ: protege de los falsos amigos. Estimula el deseo
sexual.
BERGAMOTA: atrae clientes. Lo mejor es rociarlo en el
ambiente.
CIPRÉS: lo usan los hombres de negocios para tener éxito.
GERANIOS: se utiliza para atraer clientes, amigos o adeptos.
CANELA: anula
vibraciones negativas, evita inconvenientes en los viajes.
LAVANDA: destruye maleficios, aleja envidia, estimula la
concentración.
SANDALO: atrae buena energía.
ROSA: aumenta la concentración de estudiantes.
TOMILLO. potencia cualquier tipo de conjuros y hechizos.
TEA TREE: ideal para preparar velas que se utilizan en
rituales.
PACHULI: poder de atracción que induce al ser amado a
regresar.
MENTA: atrae clientes y asegura el éxito en las transacciones comerciales.
NARANJA: ayuda a que un noviazgo se convierta en matrimonio.
MELISA: genera condiciones óptimas y situaciones comerciales
que conducen al éxito.
ENEBRO: es el aceite más poderoso para vencer a espíritus
malignos.
JAZMÍN: renueva el atractivo personal. Trae suerte en los
juegos de azar.
INCIENSO: aliado para dominar espiritualmente a una persona.
HINOJO: rompe maleficios y domina la acción de un enemigo.
JENGIBRE: consigue atraer a la persona deseada.
RUDA: rompe cualquier maleficio, aparta el mal de ojo.
NEROLI: es el estimulante de la abundancia y del éxito en
los negocios y el trabajo.
A TENER EN CUENTA.
-Los frascos pueden ser de cristal o transparente.
- Los aceites de utilizan en baños, perfumes, velas, para
aromatizar en rituales... Averigüe si son de uso personal, porque pueden ser
tóxicos.
- Conservar los aceites en un lugar seco y oscuro, y el
frasco bien sellado para evitar cualquier deterioro o evaporación.
- Etiquetar todos los aceites poniendo nombre a los frascos
y fechas de elaboración u objetivos.
ACEITES, PERFUMES Y
ESENCIAS MÁGICAS
Los aromas juegan un papel fundamental en nuestra vida, ya
que inconscientemente causan un gran efecto en nuestro estado anímico y en los
recuerdos, marcándonos referencias de lugares, personas, momentos… Si los
usamos de manera adecuada podemos potenciar determinados estados de ánimo y
revivir experiencias y emociones ya olvidadas.
Se cree que existen siete tipos de aromas, dentro de los
cuales, aquellos que proceden de aceites esenciales nos ayudan a conectar
directamente con la naturaleza y nos proporcionan un estado de relajación
natural que contribuye a mejorar nuestro estado anímico y nuestro equilibrio.
En la magia utilizamos esencias en la mayoría de los
rituales para potenciar aquello que deseamos, pero debemos tener en cuenta que
cada esencia posee cualidades diferentes y a pesar de que existe un aroma
especial para cada persona, siempre debemos elegir aquella esencia que se
adecue a nuestros propósitos.
Aromaterapia en magia
Cada aceite se encuentra ligado a la belleza y vitalidad de
las plantas aromáticas de las que procede: flores, raíces, resinas, maderas,
plantas, cortezas, semillas, frutos y sus combinaciones. Este tipo de aceites
se consigue dejando reposar y macerar en él los componentes liposolubles de las
plantas para que éste obtenga el aroma deseado. Podemos mezclarlos con piedras,
polvos, aguas… y usarlos para hacer inciensos, despojos, poner unas gotas en
algún amuleto o ungir las velas que serán utilizadas en algún ritual. La manera
de usar y untar los aceites depende del objetivo que queramos conseguir.
A diferencia del aceite, un aceite esencial es un compuesto
formado por diversas sustancias en el que a través de una serie de
procedimientos se obtiene el aroma de una materia prima vegetal. Por ejemplo,
plantas como la albahaca y el romero pueden producir grandes cantidades de
aceite esencial debido a la cantidad de aceite que acumulan en sus hojas, sin
embargo, flores como el jazmín o la lavanda concentran la esencia en el
interior de los pétalos, con lo que la extracción de este tipo de aceites
podría resultar más laboriosa. La mayoría de estos aceites esenciales son
incoloros salvo algunas excepciones, y es importante que sean lo más puros y
naturales posible.
Por otro lado, existen perfumes de varios tipos cuya
principal diferencia reside en la base que se ha utilizado para su elaboración:
aceite, agua o alcohol.
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