sábado, 17 de abril de 2021

INSTRUCCIONES SECRETAS SOBRE MAGIA Parte VII



         Efectivamente, el subconsciente, el Yo inferior, “ funciona “ a partir de símbolos e imágenes, exactamente al igual que se comunica un niño de tres años con los medios de que dispone, a saber: imágenes, símbolos, representaciones, dibujos y formas.

           Así pues, las técnicas de visualización mental consistirán en suministrar a tu subconsciente unas imágenes lo más auténticas y reales posibles del deseo cuya realización espera con fervor. Para comprender bien esta noción, debes saber que el subconsciente no reacciona a la lógica o a la razón. Por ejemplo, si tienes dificultades económicas, por mucho que te repitas “soy rico “, esto no va a cambiar mucho tu situación, y ello, como mínimo, por dos razones.

           La primera razón es que repitirás esta frase sin convicción, sin creer en ella. Tu Ego, la parte de tu espíritu dotada del sentido crítico y de análisis, no puede aceptar esta afirmación. Así que no podrás proporcionar una carga emocional suficiente para impregnar tu subconsciente y, en consecuencia, el aura y el mundo astral.

           La segunda razón es que el subconsciente no se doblega a la voluntad ni a tus esfuerzos. El subconsciente sólo sabe comunicarse a través de imágenes, de símbolos y de emociones.

           He aquí por qué es absolutamente necesario que practiques la visualización mental para poder actuar sobre tu subconsciente. Sobre todo, no creas que la visualización es un acto mágico menor. Es, sin duda, uno de los más potentes. Así pues, las técnicas de visualización mental te servirán a lo largo de todas tus prácticas mágicas. Si llegas a dominar perfectamente la visualización mental, al final ya no tendrás que utilizar otros procedimientos de magia, ya que obtendrás lo que deseas.

           Es la más alta forma de magia que pueda existir, la de los Maestros capaces, sin ningún apoyo mágico  ( altar, utensilios, talismanes ), de producir milagros, de hacer pasar una semilla al estado de flor o de árbol en tal sólo algunas horas y muchas otras cosas que desafían a la imaginación. Estos Maestros, estos grandes iniciados, actúan directamente sobre el plano astral por medio de procedimientos de visualización y de la fe.

           ¿ En qué consisten las técnicas de visualización mental ? Se trata, en una primera etapa, y gracias a unos procedimientos respiratorios precisos, de situar tu cuerpo en un estado de relajación total. Cuando se ha completado esta fase de relajación, se trata de crear en tu mente unas imágenes, lo más vivas posibles, de tu deseo, como si éste se hubiese realizado ya.

           Llegado a este punto, se impone una explicación detallada. Como recordarás, tu subconsciente no sabe distinguir entre una situación ficticia y otra real. Únicamente es tu Ego el que puede establecer la diferencia. Y una vez que has situado tu cuerpo en estado de relajación, el Ego pierde su poder de juicio y todo lo que imaginas puede entonces influir directamente en tu subconsciente . . . .  como mínimo, si le proporcionas una carga emocional suficiente.

           ¿ Qué es una carga emocional ? Es muy sencillo: durante una sesión de visualización, debes imaginar tu deseo alcanzado y realizado, y experimentar en “espíritu” la misma satisfacción, la misma alegría que manifestarías en la realidad, si tu deseo se hubiera realizado efectivamente. Me explico:

           Supone que en la realidad has obtenido la realización de tu deseo, por ejemplo, que acabas de recibir una importante suma de dinero. ¿ Cuál sería entonces tu humor, tu actitud mental ? Estarías contento, sin ningún género de dudas, ¿ no ? Estarías pensando en todo lo que ibas a poder hacer con este dinero: comprar un coche nuevo, tomar unas vacaciones, etc. Es exactamente este tipo de emociones lo que debes producir mientras simultáneamente visualizas estas imágenes de éxito y felicidad. Otro ejemplo puede ayudarte a comprender mejor esta emoción.

           Te gustaría poder regalar un coche nuevo. Poco importa si, por el momento, no tienes el dinero para hacer esta compra. Realmente esto tiene poca importancia. Lo que necesitas es concretar ese fuerte deseo, es decir, que sepas exactamente el modelo de coche que te gustaría tener. Seguidamente, durante tu sesión de visualización, deberás imaginarte al volante de ese coche, sentir el olor de la tapicería nueva, oir el ruido del motor, etc. En resumen, deberás hacer como si fuera verdad y proporcionar a estas imágenes una poderosa carga emocional, haciendo participar a todos tus sentidos en el curso de este procedimiento de visualización.

           Naturalmente, más adelante verás que este procedimiento de visualización puede combinarse con otros métodos mágicos para aumentar su efecto, respetando los tiempos planetarios propicios para este tipo de deseo, utilizando tal o cual incienso, tal o cual talismán, el color, etc.  En cualquier caso, ten siempre presente que el procedimiento de visualización es, con mucho, el primero y más potente de todos los actos mágicos.

           Antes de visualizar deseos concretos, y a fin de poder obtener su realización, en primer lugar, debes limpiar tu subconsciente al igual que tu aura, de toda negatividad. No subirías a un avión si no estuvieras seguro de que éste ha sido controlado a fondo y de que los reactores no presentan defectos de funcionamiento, esto es evidente. Pues bien, pasa exactamente lo mismo con tu subconsciente, ya que es gracias a él que puedes realizar operaciones mágicas. Si tu subconsciente, y por ello, tu aura, no presentan un mínimo de “calidad” o de “estabilidad”, los resultados que obtendrás serán mediocres.

 

EJERCICIO PRÁCTICO DE VISUALIZACIÓN MENTAL

 

           Para proceder a una sesión de visualización mental, deberás respetar siempre los puntos siguientes:

           1 )  Disponer de 30 minutos, durante los cuales no deberás ser molestado bajo ningún pretexto. Quienes dispongan de una habitación aparte para sus prácticas mágicas harán sus ejercicios en esta habitación. Para los demás, el dormitorio es el lugar ideal. Para no ser molestado, elige un momento del día en el que estés seguro de poder estar totalmente disponible para esta práctica. Descuelga el teléfono o conecta el contestador automático. Si tienes hijos, diles que te molesten durante estos 30 minutos.

           2 )  Debes crear un ambiente confortable en la habitación donde vas a practicar este ejercicio. Cierra las cortinas y tamiza las luces. Procura que la temperatura de la habitación no sea muy fría. Incluso es preferible que esté ligeramente por encima de la media, ya que la temperatura de tu cuerpo bajará apróximadamente 1 ó 2 grados durante esta sesión, cosa que es completamente normal y que, por lo tanto, no debe causarte ninguna inquietud.

           3 )  Lleva ropas holgadas cuando practiques este ejercicio: ropa de estar por casa, de hacer footing, etc.  Quítate los zapatos, no lleves prendas ajustadas ni cinturón, etc.

           4 )  No practiques este ejercicio en ayunas ni inmediatamente después de haber comido. Si estás en ayunas, corres el riesgo de tener hambre y tu subconsciente, que asegura las funciones neurovegetativas de tu organismo, tendrá como principal objetivo darte la orden de satisfacerla. Si acabas de comer, el proceso de digestión, combinado con las técnicas que siguen a continuación, te sumirían inevitablemente en el sueño, lo que va en contra de lo que queremos realizar. Lo ideal es tomar un pequeño refrigerio y una hora más tarde practicar este ejercicio.

           5 )  Antes de estirarte sobre la cama, santifica y sacraliza el lugar donde vas a practicar estos ejercicios de visualización. Más adelante verás como disponer con precisión tu habitación para crear un verdadero “laboratorio” mágico, y además sin demasiada ostentación. Pero, por el momento, conténtate con practicar el ritual siguiente:

           Cuando entres en la habitación, colócate de rodillas haciendo el signo de la cruz ante ti. No te santigües en el sentido estricto de la expresión. Efectúa simplemente este signo de la cruz con tu índice apuntando hacia el centro de la habitación. Este signo, muy extendido en nuestras culturas, tiene un poder mágico cuya fuerza sospecha poca gente. Este signo te protegerá durante todos tus trabajos mágicos. Mientras efectúas este signo de la cruz, imagina que del extremo de tu dedo índice parte un rayo de luz blanca, un poco como un rayo láser. Ves en tu imaginación este rayo de luz que se difunde por toda la estancia.

           Recógete unos instantes pensando en el ejercicio que vas a realizar. Háblale a tu Yo inferior, a tu subconsciente, y pídele que te ayude en esta tarea. Explícale que, de ahora en adelante, vas a “trabajar” en colaboración con él.

          Quema incienso pontifical o incienso de Jerusalén. Más adelante podrás utilizar otras esencias en función de los deseos cuya realización quieras obtener.

           Adicionalmente, puedes poner una música de relajación o una música ambiental suave. Todavía no he hecho referencia a la música, pero ésta tiene realmente unos poderes sorprendentes. Por ejemplo, te aconsejo que practiques los ejercicios que seguirán con música barroca: Bach, Vivaldi, Corelli y, especialmente, piezas cuyo tiempo sea el “largo”, es decir, un tiempo de 60 pulsaciones por minuto.

           Está demostrado cientificamente que la música barroca tocada con un tiempo de 60 pulsaciones por minuto, relaja automáticamente el cuerpo y la mente, favoreciendo el etado de visualización. También hay cassettes de música adecuada para este tipo de práctica.

           Una vez reunidas todas estas condiciones, podrás pasar a la primera fase del ejercicio. Tómate un tiempo para estudiar bien estas técnicas respiratorias, ya que son primordiales. Para hacer una comparación, se podría decir que el “trabajo” del mago se parece al del músico. Una vez conoces las notas, sus valores rítmicos, ya puedes tocar una partitura. Lo mismo sucede en la magia. Una vez que domines los fundamentos, las bases esenciales, podrás utilizar unos procedimientos que permitirán realizar tal o cual acto mágico, de la misma manera que un músico al tocar una partitura.

 

 

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