VII La Medicina de Dios
Parte II
El V.M.
Samael Aun Weor, en su libro “El Matrimonio Perfecto”, dice:
El Hijo del hombre nace del agua y del fuego. Cuando el Cristo interno entra en el alma se transforma en Ella. El se transforma en Ella y Ella en Él. El se humaniza y Ella se Diviniza. De esta mezcla alquimista Divina y Humana, deviene eso que con tanto acierto llamó nuestro Adorable Salvador, El Hijo del Hombre.
Los alquimistas dicen que debemos transformar a la luna en sol. La luna es el alma. El sol es el Cristo, la transformación de la luna en sol, sólo es posible con el fuego, y éste, sólo se enciende con el connubio amoroso del Matrimonio Perfecto.
Mujer, yo te amo...
Hace muchas noches, Por eso es considerada
Que lloro mucho... mucho...
Y al fin de la jornada escucho
tus cantares,
Y tiemblan de amor los
soñolientos astros,
Y se besan las musas celestiales con tus cantos...
Eres un libro sellado con siete sellos.
No sé si eres dicha o veneno.
Estoy en el borde de un abismo
que no entiendo:
Siento miedo de ti, y de tu
misterio.
Mujer yo te adoro.
Quiero beber licor de
mandrágoras,
Quiero besar tus manos.
Quiero sentir el canto de tus
palabras
Y encender mis fuegos.
Mujer, no me puedes olvidar,
Me dijiste que me amabas
Y me juraste tu cariño,
En noches adoradas...
En noches de idilio...
En noches perfumadas...
Y de cantos y de nidos...
Vieja sacerdotisa, enciende mi
pabilo,
Enciende mi llama de triple
incandescencia;
Núbil vestal de templo divino...
Entrégame los frutos de la
ciencia...
(V.M. Samael Aun Weor)
La Turba dice: Honrad a nuestro Rey saliendo del fuego, coronado con una diadema de oro; obedecedle hasta que haya llegado a la edad de la perfección; alimentadle hasta que sea grande. Su padre es el Sol, su madre es la Luna; la luna es el cuerpo imperfecto. El Sol es el cuerpo perfecto.
San Agustín añade: Nuestro muy verdadero y muy poderoso Purificador y Salvador ha asumido al hombre enteramente.
La piedra filosofal es el Cristo íntimo, vestido con sus cuerpos de oro, el cuerpo de oro del Hombre Solar.
Cuando uno posee la piedra filosofal (nos dicen los
adeptos) tiene poder entero sobre toda la naturaleza. Y posee el elixir de la
larga vida.
El
hermafrodita es aquel Ser que esta formado por los dos sexos; es decir, la
piedra filosofal que reúne en sí las naturalezas masculina y femenina. Así
denominan al hijo de la Sabiduría. (C.G.
Jung)
“Yo soy aquel que es, que era y que viene” dice El
Cristo.
Pero no
nos quedemos con la letra muerta. ¿Cómo es posible que venga, si estamos
enfermos?.
Un ser incorrupto no llega a quien no ha dado muestras sinceras y reales
de curarse, así como de expulsar a la legión que cargamos...
Retomando las declaraciones que se hicieran en el
Shangri La, al matrimonio formado por Anne y Daniel transcribimos lo siguiente:
Recordad
bien la melodía en que queremos basar nuestro canto, y ojalá vuestros corazones
puedan preservarla con cuidado. Antaño era a los profetas a quien recibíamos
aquí, hoy son sembradores.
Seguid el
curso de nuestra voluntad, vemos que concuerda con el vuestro. Así pues,
amigos, dadnos vuestra mano.
De todo
lo que veréis y oiréis en este sitio, he aquí ahora la piedra angular de la
tarea perseguida por los Hermanos Mayores y también lo esencial de vuestra
contribución; grabad este mensaje en letras de oro a fin de que trasluzca bajo
cada una de las palabras que utilizaréis.
No es el regreso del Cristo físico lo que debe esperar el hombre ante todo, sino la nueva llegada de su principio a su corazón. Es eso lo que os va a desgarrar y lo que hará florecer de nuestro planeta.
Debemos enfrentarnos a nuestras
creaciones, no es suficiente unas pocas lágrimas para borrar todos nuestros
pecados, necesitamos demostrar con hechos claros y definitivos que nuestro
arrepentimiento es verdadero.
La Gran Obra, requiere de haber creado los cuerpos
y encarnar al Cristo; para que sea Él quien utilice esos cuerpos y le sirvan en
todas las dimensiones; así mismo, El Cristo como Hércules, realizará los doce
trabajos oportunos para vencer al enemigo oculto.
Los 12 trabajos de Hércules, prototipo del Hombre
auténtico, indican, señalan la vía secreta que ha de conducirnos hasta los
grados de Maestro Perfecto y Gran Elegido...
Uno de los grandes trabajos de Hércules es por
ejemplo, la limpieza de los establos de Augías: hay que hacer pasar sobre nuestra tierra todas las
aguas del diluvio. Labor que exige la purificación
perfecta, obra simple, fácil, pero tan fastidiosa que ha desanimado a gran
cantidad de alquimistas más ávidos que laboriosos y más entusiastas que perseverantes.
(Fulcanelli)
Pero
veamos de forma esquemática en que consisten los 12 trabajos de
Hércules:
Primero: la captura y muerte del León de Nemea, la fuerza de los
instintos y pasiones incontroladas que todo lo devasta y lo devora...
Segundo: la destrucción de la Hidra de Lerna, monstruo simbólico de
origen inmortal, dotado de nueve cabezas...
Tercero: la captura de dos animales, suave el uno,
como veloz, turbulento y amenazador el otro, la cierva Cerenita y el jabalí de
Erimanto.
Cuarto: la limpieza extraordinaria de los famosos
establos de Augías, rey de la Elida.
Quinto: la caza y destrucción de las aves
antropófagas que tenebrosas habitan las lagunas de Estinfal.
Sexto: la
captura del toro de Creta.
Séptimo:
la captura de las yeguas de Diómedes, hijo de Marte.
Octavo:
la muerte del ladrón Caco.
Noveno:
la conquista del cinto de Hipólita.
Décimo:
la conquista del rebaño de Gerión.
Undécimo:
apropiarse de las manzanas de las Hespérides.
Duodécimo:
sacar de su dominio plutónico al perro Tricípite.
En síntesis, estos son los 12 trabajos de Hércules, que resumen a la perfección la laboriosidad que entraña la vía Crística (No obstante para una mayor comprensión de éstos 12 trabajos, remitimos al lector a que lea la Obra de “Las tres montañas” del V.M. Samael Aun Weor, donde encontrará todo tipo de explicación y buen orden).
Continuemos analizando con detalle las palabras de
todos los Salvadores, tratemos de reflexionar, de comprenderlas en su más cruda
realidad.
Jacob Boehme, escribe: El sabio buscador debe considerar toda la Gran
Obra, en relación con la humanidad del Cristo.
Una vez
más podemos decir, si no desciende el Cristo, El Hijo no podrá llegar al Padre.
La caña de siete nudos o columna vertebral (Representada en este caso por la cultura Azteca.) será nuestro testigo de los progresos que se realicen, es así como decían los antiguos: “Escribe sobre tu vara tu salvación, pues sin ella sería imposible medir tu desarrollo espiritual.”
El amor universal del que habla Apolo es hijo de
Voluntad y Sabiduría divinas, y Dios lo ha mandado a la tierra en forma
corpórea, para que los hombres puedan reconocerlo.
El amor universal del que hablan los
sabios es denominado Cristo. El más grande de todos los misterios de todos los
tiempos reposa en la forma en que ese Cristo vive en el corazón. Ese Cristo no
puede vivir en las cavernas viscosas de las cosas carnales. Hay que librar las
siete batallas, hay que ganar las siete victorias, antes de liberarse de las
cosas carnales, tales como el miedo, el egoísmo, las emociones y los deseos.
Cuando esto se ha conseguido El Cristo toma posesión del alma, el trabajo está
hecho y el hombre y Dios son Uno. (Matheno)
Es necesario que el sincero buscador no se engañe,
que no mire con orgullo intelectual, por tener un conocimiento prestado, que
vea con
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