jueves, 22 de abril de 2021

Como ser Alquimista Parte XXVI


            VII     La Medicina de Dios

 

            Parte II


 

El V.M. Samael Aun Weor, en su libro “El Matrimonio Perfecto”, dice:

El Hijo del hombre nace del agua y del fuego. Cuando el Cristo interno entra en el alma se transforma en Ella. El se transforma en Ella y Ella en Él. El se humaniza y Ella se Diviniza. De esta mezcla alquimista Divina y Humana, deviene eso que con tanto acierto llamó nuestro Adorable Salvador, El Hijo del Hombre.


Los alquimistas dicen que debemos transformar a la luna en sol. La luna es el alma. El sol es el Cristo, la transformación de la luna en sol, sólo es posible con el fuego, y éste, sólo se enciende con el connubio amoroso del Matrimonio Perfecto.

Mujer, yo te amo...

 

Hace muchas noches, Por eso es considerada

Que lloro mucho... mucho...

Y al fin de la jornada escucho tus cantares,

Y tiemblan de amor los soñolientos astros,

 

Y se besan las musas celestiales con tus cantos...

 

Eres un libro sellado con siete sellos.

 

No sé si eres dicha o veneno.

Estoy en el borde de un abismo que no entiendo:

Siento miedo de ti, y de tu misterio.

Mujer yo te adoro.

Quiero beber licor de mandrágoras,

Quiero besar tus manos.

Quiero sentir el canto de tus palabras

Y encender mis fuegos.

 

Mujer, no me puedes olvidar,

 

Me dijiste que me amabas

Y me juraste tu cariño,

En noches adoradas...

En noches de idilio...

En noches perfumadas...

Y de cantos y de nidos...

Vieja sacerdotisa, enciende mi pabilo,

Enciende mi llama de triple incandescencia;

Núbil vestal de templo divino...

Entrégame los frutos de la ciencia...

(V.M. Samael Aun Weor)


La Turba dice: Honrad a nuestro Rey saliendo del fuego, coronado con una diadema de oro; obedecedle hasta que haya llegado a la edad de la perfección; alimentadle hasta que sea grande. Su padre es el Sol, su madre es la Luna; la luna es el cuerpo imperfecto. El Sol es el cuerpo perfecto.


San Agustín añade: Nuestro muy verdadero y muy poderoso Purificador y Salvador ha asumido al hombre enteramente.


La piedra filosofal es el Cristo íntimo, vestido con sus cuerpos de oro, el cuerpo de oro del Hombre Solar.


Cuando uno posee la piedra filosofal (nos dicen los adeptos) tiene poder entero sobre toda la naturaleza. Y posee el elixir de la larga vida.


El hermafrodita es aquel Ser que esta formado por los dos sexos; es decir, la piedra filosofal que reúne en sí las naturalezas masculina y femenina. Así denominan al hijo de la Sabiduría. (C.G. Jung)

 

“Yo soy aquel que es, que era y que viene” dice El Cristo.

 

Pero no nos quedemos con la letra muerta. ¿Cómo es posible que venga, si estamos enfermos?.

 

Un ser incorrupto no llega a quien no ha dado muestras sinceras y reales de curarse, así como de expulsar a la legión que cargamos...

 

Retomando las declaraciones que se hicieran en el Shangri La, al matrimonio formado por Anne y Daniel transcribimos lo siguiente:

 

Recordad bien la melodía en que queremos basar nuestro canto, y ojalá vuestros corazones puedan preservarla con cuidado. Antaño era a los profetas a quien recibíamos aquí, hoy son sembradores.

 

Seguid el curso de nuestra voluntad, vemos que concuerda con el vuestro. Así pues, amigos, dadnos vuestra mano.

 

De todo lo que veréis y oiréis en este sitio, he aquí ahora la piedra angular de la tarea perseguida por los Hermanos Mayores y también lo esencial de vuestra contribución; grabad este mensaje en letras de oro a fin de que trasluzca bajo cada una de las palabras que utilizaréis.

 

No es el regreso del Cristo físico lo que debe esperar el hombre ante todo, sino la nueva llegada de su principio a su corazón. Es eso lo que os va a desgarrar y lo que hará florecer de nuestro planeta.


Debemos enfrentarnos a nuestras creaciones, no es suficiente unas pocas lágrimas para borrar todos nuestros pecados, necesitamos demostrar con hechos claros y definitivos que nuestro arrepentimiento es verdadero.

 

La Gran Obra, requiere de haber creado los cuerpos y encarnar al Cristo; para que sea Él quien utilice esos cuerpos y le sirvan en todas las dimensiones; así mismo, El Cristo como Hércules, realizará los doce trabajos oportunos para vencer al enemigo oculto.

 

Los 12 trabajos de Hércules, prototipo del Hombre auténtico, indican, señalan la vía secreta que ha de conducirnos hasta los grados de Maestro Perfecto y Gran Elegido...

 

Uno de los grandes trabajos de Hércules es por ejemplo, la limpieza de los establos de Augías: hay que hacer pasar sobre nuestra tierra todas las aguas del diluvio. Labor que exige la purificación perfecta, obra simple, fácil, pero tan fastidiosa que ha desanimado a gran cantidad de alquimistas más ávidos que laboriosos y más entusiastas que perseverantes. (Fulcanelli)

 

Pero veamos de forma esquemática en que consisten los 12 trabajos de

 

Hércules:

 

Primero: la captura y muerte del León de Nemea, la fuerza de los instintos y pasiones incontroladas que todo lo devasta y lo devora...

 

Segundo: la destrucción de la Hidra de Lerna, monstruo simbólico de origen inmortal, dotado de nueve cabezas...

 

Tercero: la captura de dos animales, suave el uno, como veloz, turbulento y amenazador el otro, la cierva Cerenita y el jabalí de Erimanto.

 

Cuarto: la limpieza extraordinaria de los famosos establos de Augías, rey de la Elida.

 

Quinto: la caza y destrucción de las aves antropófagas que tenebrosas habitan las lagunas de Estinfal.

 

Sexto: la captura del toro de Creta.

 

Séptimo: la captura de las yeguas de Diómedes, hijo de Marte.

 

Octavo: la muerte del ladrón Caco.


Noveno: la conquista del cinto de Hipólita.

 

Décimo: la conquista del rebaño de Gerión.

 

Undécimo: apropiarse de las manzanas de las Hespérides.

 

Duodécimo: sacar de su dominio plutónico al perro Tricípite.

 

En síntesis, estos son los 12 trabajos de Hércules, que resumen a la perfección la laboriosidad que entraña la vía Crística (No obstante para una mayor comprensión de éstos 12 trabajos, remitimos al lector a que lea la Obra de “Las tres montañas” del V.M. Samael Aun Weor, donde encontrará todo tipo de explicación y buen orden).

 

Continuemos analizando con detalle las palabras de todos los Salvadores, tratemos de reflexionar, de comprenderlas en su más cruda realidad.

 

Jacob Boehme, escribe: El sabio buscador debe considerar toda la Gran Obra, en relación con la humanidad del Cristo.

 

Una vez más podemos decir, si no desciende el Cristo, El Hijo no podrá llegar al Padre.

 

La caña de siete nudos o columna vertebral (Representada en este caso por la cultura Azteca.) será nuestro testigo de los progresos que se realicen, es así como decían los antiguos: “Escribe sobre tu vara tu salvación, pues sin ella sería imposible medir tu desarrollo espiritual.”

 

El amor universal del que habla Apolo es hijo de Voluntad y Sabiduría divinas, y Dios lo ha mandado a la tierra en forma corpórea, para que los hombres puedan reconocerlo.

 

El amor universal del que hablan los sabios es denominado Cristo. El más grande de todos los misterios de todos los tiempos reposa en la forma en que ese Cristo vive en el corazón. Ese Cristo no puede vivir en las cavernas viscosas de las cosas carnales. Hay que librar las siete batallas, hay que ganar las siete victorias, antes de liberarse de las cosas carnales, tales como el miedo, el egoísmo, las emociones y los deseos. Cuando esto se ha conseguido El Cristo toma posesión del alma, el trabajo está hecho y el hombre y Dios son Uno. (Matheno)

 

Es necesario que el sincero buscador no se engañe, que no mire con orgullo intelectual, por tener un conocimiento prestado, que vea con humildad a tantos hombres y mujeres que caminaron por la senda de la santidad antes que él, y considere que tanto de verdad pueda existir en sus experiencias. Reflexionar, indagar, cuestionarse y pedir, para alcanzar el conocimiento objetivo de todas las cosas y así, no dejarse engañar por el más astuto de los engañadores...


 

 

 

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