II- 3 Las diferentes
formas de magia.
Existen
tantas formas de magia como culturas y civilizaciones sobre la faz de la
tierra. Magia egipcia, caldea, sumeria, hebrea, griega, árabe, india,
amerindia, etc. Sin embargo, todas estas formas de magia recurren a los mismos
principios direccionales, aunque los modos operativos difieren.
Un poco más
arriba, habrás podido leer que es absolutamente necesario establecer una
distinción entre magia y brujería. En todas las culturas y épocas ha habido y
habrá siempre, magos BLANCOS y magos NEGROS. Naturalmente, la denominación de
mago blanco o negro no tiene absolutamente nada que ver con el color de la
piel. Se llama mago blanco a aquél o aquella, que aprovecha las fuerzas
benéficas de la naturaleza y que respeta las leyes cósmicas.
A la
inversa, el mago negro utiliza las fuerzas negativas y diabólicas para poder
suplantar y pasar por encima de las leyes cósmicas. Como se ha repetido tantas
veces, las prácticas de brujería son excesivamente peligrosas. Aquél o aquélla
que se presta a ellas, y esto no es sino una idea sino realidad, vende su alma
al “diablo”. Te recomiendo que no recurras a ese tipo de práctica, ni siquiera
a través de un intermediario.
¿ Cómo
establecer la diferencia entre magia y brujería ? Todos los procedimientos de
magia recurren, en general, a las fuerzas naturales ( plantas, incienso, fuerzas angélicas, etc.
). A la inversa, la magia negra utiliza la sangre de los animales o la humana
y la invocación de demonios. Ni que
decir tiene que este TALLER sólo trata
de magia blanca, de magia natural, y todos los rituales explicados pueden ser
fácilmente puestos en práctica sin necesidad de engorrosas ceremonias ni de
objetos imposibles de encontrar o de fabricar en la época moderna.
Naturalmente, esto nos conduce a hablar de la magia moderna.
II. 4 La magia moderna
¿ Se puede
hablar de magia moderna ? Evidentemente. Pues la magia no tiene edad, es tan
vieja como el mundo y, sin embargo, es siempre actual. Los principios mágicos
son inmutables y el hombre de hoy puede utilizarlos para mejorar su vida de
cada día, siempre que respete el espíritu de los principios mágicos.
En la práctica, ¿ qué significa esto ?
Tomemos por ejemplo, el caso del altar, un objeto, un utensilio, indispensable
para las prácticas mágicas. Las descripciones de este objeto mágico a través de
los siglos han variado enormemente y hoy en día es imposible para el hombre
moderno disponer de un altar tal como se describe en las Clavículas de Salomón
y en rituales antiguos. Además, es prácticamente imposible para la gran mayoría
de nosotros disponer de una habitación totalmente dedicada al arte mágico, por
falta de espacio y recursos financieros.
¿ Significa
esto que no se puede practicar la magia si no se dispone de una habitación
dedicada a ella y un altar de 2 metros cuadrados ? No. Recuerda que la magia
actúa por analogía, por sistema de representación. Una simple caja de madera
puede servir como altar, siempre que se respete lo esencial, a saber, que el
altar debe estar recubierto de un paño de tela blanca.
No es el
altar en sí y la nobleza de los materiales con los cuales esté fabricado, lo
que constituirá la clave del éxito de una operación mágica. Sino la manera como
se haya preparado el altar. Y además, la única verdadera clave del éxito es el
propio mago, su estado de ánimo, su voluntad y la energía física que estará en condiciones
de movilizar para practicar una operación.
R E S U M E N
La magia
actúa por analogía, es decir, haciendo referencia a cosas conocidas, a los
grandes principios de la naturaleza. Por ejemplo, la germinación de una
semilla.
Una
operación mágica se desarrolla siempre de la misma manera:
1) Tener en la mente un profundo deseo
ardiente que no perjudique a nadie y que esté en concordancia con las leyes
cósmicas (tener una semilla con una
fuerte capacidad de germinación ).
2) Disponer
tu mente para la realización de este deseo. Por analogía, preparar el suelo con
las herramientas necesarias y las sustancias que favorezcan la germinación de
la semilla.
3)
“Plantar” tu deseo como se planta una semilla en el momento adecuado.
4) Dejar
que los elementos de la naturaleza (
agua, aire, fuego y tierra) y los elementos sobrenaturales actúen en tu lugar,
invocando su ayuda
LAS FUERZAS MÁGICAS
Si tú
realmente deseas obtener resultados en la magia práctica, debes acostumbrarte a
considerar todo cuanto te rodea con una perspectiva totalmente nueva. Para el
mago, todas las cosas están estrechamente relacionadas entre sí, y el azar, tal
como lo describen los científicos, no existe. Las coincidencias tampoco
existen. Todo lo que te pasa a tí en esta vida depende de la ley de causa y
efecto. Y esta ley depende de fuerzas que llamamos “sobrenaturales”.
De hecho,
existen mecanismos complejos, fuerza sutiles imposibles de medir con las
tecnologías actuales que interaccionan y hacen que el mundo visible e invisible
funcionen en perfecta armonía, en estrecha colaboración. Estas fuerzas sutiles
no son mensurables por los instrumentos actuales, a excepción del aura, llamada
también energía bioplásmica, que puede ser puesta en evidencia por medio de la
fotografía Kirlian.
Así pues,
desde nuestra infancia se nos enseña que, en todo y para todo, existe un mundo
material. Discurso que va en contra de todas las religiones y que, a pesar de
todo, aceptamos. Y a fuerza de repetición, de “lavados de cerebro”, este
discurso científico desarrolla nuestro espíritu cartesiano y favorece el
predominio del hemisferio izquierdo del cerebro.
Es así como
la gran mayoría de nosotros aceptamos creer conscientemente que sólo existe un
mundo, el mundo material, un mundo regido por un conjunto de fuerzas físicas
que obedecen a unas reglas inmutables. Toma un lápiz en tu mano y suéltalo; el
lápiz cae al suelo. Es la ley de atracción, la fuerza gravitacional la que hace
que el lápiz y la tierra se atraigan mutuamente.
Y cuando
estas reglas físicas dejan de obedecer a su lógica, se habla entonces de
“milagro”. Al hacer esto, sólo se mira a una mitad de la realidad y,
efectivamente, el término milagro es apropiado para esta situación. Pero para
el mago, el “milagro” no es, de hecho, más que la aplicación y utilización
armoniosa de fuerzas extrafísicas, pero tan reales todas ellas como la fuerza
de la gravedad.
En efecto,
el mundo, el universo, es a la vez físico, pero también inmaterial. Y de la misma
manera que existen leyes físicas para el mundo material, hay leyes extrafísicas
que rigen los diferentes planos no materiales.
Así pues,
quien quiera utilizar la magia debe conocer perfectamente las leyes de un mundo
particular, el mundo Astral. El mundo etérico, el mundo de las emociones, de
los deseos, de los Elfos, de las Hadas, de los ángeles, de los demonios, de los
elementales, de los espíritus, de las fuerzas de la Naturaleza . . . . Un mundo donde todo es posible, un mundo
donde todo es un milagro permanente. Un mundo donde a cada segundo se juega
nuestro futuro sin que seamos consciente de ello.
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