viernes, 30 de abril de 2021

Magia y brujería: diferencias



La brujería es diferente a la magia.

Muchas veces creemos que al hablar de magia nos estamos refiriendo también a brujería y viceversa, sin embargo, entre estos conceptos existen diferencias abismales.

La magia es el arte con el que mediante conocimientos y prácticas, se pretende producir resultados contrarios a las leyes naturales conocidas, valiéndose de ciertos actos o palabras, o bien con la intervención de seres fantásticos. El pensamiento mágico origen de la magia, son ciertas creencias carentes de lógica. Suele estar basado en percepciones síquicas subjetivas del individuo/colectivo, pudiendo haber sido condicionado por otras personas que haya conocido o aceptado de algún modo las teorías de dichos individuos con esas creencias.

 

En siquiatría, varias enfermedades mentales y trastornos de personalidad se caracterizan por diversos grados de pensamiento mágico.

 

A continuación citamos algunos estudios sobre el pensamiento mágico

 

Ocultismo: es el estudio de las doctrinas ocultas de las diversas religiones y filosofías, haciendo hincapié en los fenómenos paranormales y los poderes ocultos del ser humano.

 

Esoterismo: es el estudio y la práctica de tradiciones esotéricas, es decir, vinculadas a corrientes religiosas y filosóficas importantes, pero (al menos en origen) desconocidas o secretas para el gran público.

 

Seudociencia: (‘falsa ciencia’; del griego seudo: ‘falso’ y scientia: ‘conocimiento’) es un término que da cuenta de un conjunto de supuestos conocimientos, metodologías, prácticas o creencias no científicas pero que reclaman dicho carácter. Este concepto es utilizado por los enfoques epistemológicos preocupados por el criterio de demarcación de la ciencia y tiene mayor consenso entre las ciencias exactas y naturales.

 

Superstición: es la creencia, no fundamentada, o asentada de forma irracional en el hombre, de que diversas acciones voluntarias como: rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, o involuntarias: como la caída de sal al suelo o la llegada de un martes 13, pueden alterar el destino o la suerte de una persona. Se incluyen entre las supersticiones la adivinación y sus distintas disciplinas: astrología, quiromancia, cartomancia o tarot, geomancia o feng-shui, espiritismo, etcétera, y el curanderismo.

 

Brujería: La brujería es el conjunto de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidos a ciertas personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente) que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con la finalidad de causar daño.

 

La creencia en la brujería es común en numerosas culturas, desde la más remota antigüedad, y las interpretaciones del fenómeno varían significativamente de una cultura a otra. En el occidente cristiano, la brujería se ha relacionado frecuentemente con la creencia en el Diablo, especialmente durante la Edad Moderna, en que se desató en Europa una obsesión por la brujería que desembocó en numerosos procesos y ejecuciones de brujas (lo que se denomina “caza de brujas”). Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada. Las brujas tienen una gran importancia en el folclore de muchas culturas y forman parte de la cultura popular.

 

Si bien este es el concepto más frecuente del término “bruja”, desde el siglo XX el término ha sido reivindicado por sectas ocultistas y religiones neopaganas, como la Wicca, para designar a todas aquellas personas que practican cierto tipo de magia, sea esta maléfica (magia negra) o benéfica (magia blanca), o bien a los adeptos de una determinada religión.

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