VIII Los colores
Parte
III
Todos partimos desde un mismo punto, que es la
oscuridad y la ignorancia. Así que dependerá de nuestros valores positivos para
que podamos proseguir por la senda iniciática. Con mayor fortuna o desgracia,
dependerá en la medida de lo que hayamos sembrado...
¿Si se nos preguntara por el trabajo en sí, que tan
difícil es... ? Tendríamos que responder, que si lo hacemos difícil, es
difícil..., pero si lo hacemos fácil, es fácil...
Se requiere de ver las cosas tal como son. Y si nos
puede parecer muy negro o muy difícil, es simplemente porque nosotros nos
identificamos con lo negro y difícil.
Tantos mensajes de amor, que nos han entregado los
alquimistas, adeptos, y en definitiva todos los que se propusieron Religarse a
su Dios interior..., y nosotros seguimos viendo sus palabras con recelo y en
muchos casos con rechazo.
¿Cómo es
posible que un mismo árbol, dé dos frutos totalmente distintos?
¡Es
imposible servir a dos amos con la misma fidelidad!
El proceso de nuestras aguas mercuriales, su
coloración, se dará en la medida de que estemos completamente definidos y
podamos ser útiles a la Divinidad, para que opere en nuestro interior en el proceso
del nacimiento segundo o creación de los cuerpos existenciales del Ser.
Si el cielo se digna bendecir tu labor, y, según la
palabra del adepto, si te falta vocant, obtendrás primero la rama de olivo,
símbolo de paz y unión de los elementos, y, luego, la blanca paloma que te la
haya traído.
Sólo entonces podrás estar seguro de poseer aquella
luz admirable, don del Espíritu Santo que Jesús envió el quincuagésimo día
sobre sus apóstoles bienamados.
Tal es la consagración material del bautismo iniciático
y de la revelación divina. Y cuando Jesús salía del agua, nos dice San Marcos,
C. I, V. 10;
Juan vio
de pronto entreabrirse los cielos y descender el Espíritu Santo sobre él en
forma de blanca paloma.
El color blanco o la túnica de lino blanco, corresponde
solamente a quien creó los cuerpos, o dicho de otra manera, quien llegó al
nacimiento segundo, y se convirtió en un Maestro de la Luz.
Este
color blanco, es el segundo color del proceso alquímico. Un color que denota
purificación, así como una determinación en separar lo grosero de lo sutil.
Un color blanco que dice de su portador como Hombre
auténtico, que fue capaz de blanquear su latón y vencer a los enemigos ocultos.
Un color blanco que habla del grado de castidad.
Pero una castidad bien entendida, esotéricamente hablando, no una renunciación
dogmática del sexo, sino una comprensión de todos los procesos psicológicos
concernientes a las pasiones o instintos sexuales, que de manera natural se
procesan en todos los hombres y mujeres.
El fuego del Espíritu Santo es la llama de Oreb...,
el fuego de la castidad es el fuego del Espíritu Santo, es el fuego de
Pentecostés, es el fuego de
la Kundalini..., es el fuego que
Prometeo robó al cielo..., es la llama sagrada del templo que las vestales encienden...,
es la llama de triple incandescencia, es el carro de fuego en que Elías subió
al cielo...
No es renunciando al fuego (sexual) como se llega a
la Sabiduría, sino más bien comprendiendo todos los resortes psicológicos que
motivan a una manifestación o comportamiento, en muchos casos desordenada, e
instintiva, en cuanto a nuestra actitud frente al sexo.
“Del
combate que el caballero o azufre secreto libra con el azufre arsenical del
viejo dragón nace la piedra astral blanca...”
Así un término alquimista es el de “Blancura
capilar” que hace referencia a un proceso de la cocción.
Existe un documento alquímico llamado “Physika” con
una antigüedad de más de 2000 años, escrito por Bolos Demócrito, en el que se
menciona, que la transmutación de los metales se traducía en los cambios de
color que aparecían en el proceso.
Así que no decimos nada del otro mundo, más bien
recogemos el conocimiento para ponerlo en orden y operar bajo las leyes Divinas
que nos conduzcan al punto de partida original.
Si el cuervo
fue el primer animal que lo asociábamos con el color negro, la paloma blanca es
el segundo aspecto del mercurio.
Así, en la medida que se sigue trabajando en el
laboratorio alquímico, el mercurio está procesándose y cambiando de color
continuamente, la gama de colores se resumen a los cuatro ya comentados; Negro,
Blanco, Amarillo y Rojo.
Enrique
Khunrath en su Amphiteatrum Sapientiae Aeterne, escribe:
Finalmente,
cuando la Obra haya pasado de color cenizoso (negro) al blanco puro y luego al amarillo,
verás la Piedra Filosofal, nuestro Rey elevado por encima de los dominadores
que sale de su sepulcro vítreo, se levanta de su lecho y acude a nuestro
escenario mundano en su cuerpo glorificado...
En Caldea, los “Zigurats” generalmente torres de tres
pisos, a cuya categoría perteneció la famosa “Torre de Babel”, estaban pintados
de tres colores: Negro, Blanco y Rojo púrpura.
Para
dar una idea del alcance extraordinario que en la filosofía hermética toma el
simbolismo
de los colores de la Gran Obra, observamos que siempre se representa
a
la Virgen vestida de azul (Resulta de urgente importancia
anotar que el azul en
esoterismo
puede ser equivalente al negro, igual significado que las vírgenes
negras.),
a Dios de blanco y a Cristo de rojo.
El mercurio cuando ya está preparado para recibir
el fuego (azufre) se torna amarillo y se suele simbolizar con el águila
amarilla y finalmente cuando el mercurio ha sido fecundado, se vuelve de color
rojo, a este mercurio se le llama mercurio Azufrado y se le representa con el Faisán
rojo.
Curiosamente
en las figuras de los Reyes Magos del misterio de la adoración al niño Jesús,
encontramos estos cuatro colores.
El Rey
Europeo (Blanco), el Asiático (Amarillo), y el Africano (Negro); el cuarto
color lo encontramos en sus capas de color rojo o púrpura.
¿Acaso es
casualidad esta coincidencia de colores? U ¿obedece a los misterios de la
alquimia?
Sea como sea, lo importante es retomar el
conocimiento que se nos entrega, para que podamos, mediante la ley del amor,
trabajar con gran esmero en el Athanor.
También se suele hacer alusión a los colores con
distintos reinos, como por ejemplo; el negro se relaciona con Saturno, el
blanco con el reino de la Luna y el rojo con el reino del Sol, omitiendo en
esta ocasión el color amarillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario